El pintor brasileño Max Burle realizó estudios de Arte en Europa, además de diseño de jardines ingleses y franceses, según la moda imperante. Sin embargo, al visitar en Alemania los invernaderos de Dalheim, se dio cuenta de que la mayoría de las plantas procedían de su país. Nació así su idea del jardín tropical.

Conoció la flora de los bosques de su país estudiando con renombrados botánicos brasileños. Le gustaban las plantas tropicales tanto por sus colores como por sus siluetas y, al igual que hacía con sus pinceles en un lienzo, trasladó al jardín sus conocimientos pictóricos. Comenzó por aumentar las curvas rechazando las líneas rectas. Plantación de masas de plantas bajas. Líneas graficas cortadas por plantas verticales. En definitiva, un estilo propio y exótico abandonando totalmente el diseño jardinístico inglés.

Como explorador participó en expediciones a la selva para descubrir plantas totalmente desconocidas hasta entonces, que llevan su nombre, sin dejar de luchar por la conservación de los bosques originarios para evitar su desaparición.

En 1949, para realizar su idea de un jardín tropical, compró un lugar llamado Sitio cerca de Río de Janeiro de 365.000 metros cuadrados, donde construyó su estudio, viveros y vivienda. A su muerte en 1994 legó su jardín y dependencias al Ministerio de Cultura. Debido al deterioro por el paso del tiempo, edificios y estatuas han tenido que ser restaurados. Y todas las plantas han sido inventariadas para conocer el legado de la colección de plantas reunidas por Max Burles a lo largo de su vida.

En un paseo por su jardín, perviven elementos originales, una pérgola cubierta de lianas Mucuna de Bennet gigantescas, y otras flores todavía sin identificar. En el estanque, muros fabricados con restos de casas demolidas del viejo Río. Palmeras y rafias mezcladas con helechos que enmarcan las estatuas de dioses que Burle mandó esculpir para este lugar. La maravillosa liana de jade Strongylodon que crece como una glicinia. Sisales sin utilidad práctica. Aráceas gigantescas como lanzas en guardia con un fondo de masas de heliconias. Burle importó además plantas originarias de los países que visitó. Euforbias, bromeliáceas y yucas, bien adaptadas en su jardín tropical.