Los pinos miniatura en tiesto son perfectos para alegrar el invierno. Además, no necesitan más que riego ocasional en periodo de gran sequía y duran varios años. Son robustos y decorativos por sus agujas de formas variadas y los colores de la corteza. Con los años, su silueta adquiere forma de bonsáis. Generalmente se cultivan en sustrato de turba y, para que duren más, hay que colocar las raíces desnudas en un tiesto con tierra de jardín y guijarros.

Otros tienen preferencia por suelos ácidos y ligeros. El volumen del tiesto tiene que ir de acuerdo con la especie de pino. Para una variedad con ramas escalonadas, el tiesto debe ser más ancho que alto y para las especies rectas, más alto que ancho. Para que las raíces se instalen bien, una altura de 50 cm es la correcta. Al fondo del tiesto se colocan piedras o trozos de tiestos para que las raíces se agarren. Sobre la tierra de la superficie irán bien piedras decorativas o plantas como sedums que recuerden sus bosques de origen.

Contamos con tres pinos enanos apropiados para tiesto. El pino silvestre, P.sylvestris “Watereri” de agujas pequeñas color verde azulado con el envés gris. Cuando es muy joven las agujas son más azules; la corteza se vuelve naranja rosada con el tiempo y su forma recuerda el pino silvestre. A los 10 años puede alcanzar 1 metro de alto por 80 cms de ancho.

El pino de Weymouth o P. strobus cambia su color del verde grisáceo a azulado en primavera, luego verde y, por último, gris en otoño. Forma una bola bastante regular que se puede podar un poco para mantener su forma. La variedad “nana” forma una almohadilla densa. Sus inflorescencias de primavera son muy atractivas y en 10 años alcanza 60 por 60 cms. Necesita sustrato ácido y no le gusta ni la sequedad ni el viento.

El pino mugo dorado o Pinus mugo “Ophir” se pone más amarillo con el frío del invierno, mientras que en verano luce verde. Forma bolas compactas, otras veces es retorcida y en una década alcanza 40 cms por 80 de altura. Necesita suelos secos y alcalinos; aguanta cualquier situación que no le impide lucir sus tonos invernales y es apropiado para rocalla y cultivo en contenedor.