Javi Rivero
Cocinero
GASTROTEKA

¿Ecológico = Orgánico = Biológico?

Feliz domingo, familia. Acabo de desayunarme una tostada de pan ecológico de harinas molidas a la piedra con aguacate orgánico, biológico, ecológico y biodinámico de color verde aguacate. Sí, estoy exagerando con tono irónico. Pero, ¿cuántas veces nos ha pasado que el producto que estamos comprando o consumiendo lleva un apellido que no tenemos ni idea de lo que implica? A mí me ha pasado infinitas veces e, incluso en algunas, podría deciros que hasta me he sentido engañado. “Tomate de huerta”. ¡Ostras! Que los hay que no son de huerta por lo que parece. Hay veces en las que la segunda lectura es la que me da más miedo que la aclaración del nombre. “Tomate de invierno”. Bajo el paraguas de mencionar la época del año en la que estamos, todos los productos son válidos, por lo que no veo demasiado fundamento en esto y aquí es donde me siento timado o insultado. Hay frutas y hay verduras que prosperan mejor en una época del año u otra, pero ceñirnos solo a esto creo que solo provoca más confusión. Al igual que existen otros sistemas de cultivo alternativos a la huerta tradicional que permiten la producción de frutas y verduras de maneras más “controladas”, véase la hidroponía. Por eso, mencionar “de huerta” solo me hace desconfiar más acerca del origen del producto.

En resumen, amigos, estamos sobreinformados acerca de temas que no dominamos y sobre los que nos obligan a tomar decisiones, en este caso, sobre lo que comemos. Opino que, a lo mejor, el color de la ropa que llevaba el agricultor que cosechó los tomates que estamos comprando, no es relevante, pero quién sabe. Seguro que hay alguien por ahí que decide en base a criterios todavía más surrealistas. Menos información, pero más y mejor controlada, si no la información se convierte en una herramienta de marketing que juega a ser funambulista para no caer en el fraude o el engaño.

Hoy os traigo las definiciones de varios de estos “atributos”, “apellidos” o menciones a los productos que podemos encontrar cuando vamos a llenar el carrito de la compra. Solo con la intención de haceros pensar en lo que nos vamos encontrando por ahí y que en la siguiente compra ya entendáis un poquito más los carteles de los productos que se exponen. Fijaos, qué curioso que en los mercados tradicionales de toda la vida, no se hace uso de estos apellidos a los productos. ¿Será por que no necesitan demostrar nada? Yo no digo nada.

Significados y definiciones. Vamos con lo que dice nuestra prima la RAE y las asociaciones competentes a cerca de lo que implica ser de una familia ecológica, biológica, orgánica o una biodinámica.

Producto ecológico: “Realizado u obtenido sin emplear compuestos químicos que dañen el medio ambiente”. Es decir, el sello ecológico certificaría que el producto bajo este sello se ha producido sin emplear productos químicos que dañen el medio ambiente. Permitidme sacar punta, ¿puedo no emplear productos químicos, pero sí operar de manera que dañe mis tierras y, por tanto, su entorno? Según la definición de la prima RAE, sí. Pero cuidado, que no es tan sencillo. Cada comunidad se rige por la organización competente para la regulación del control del producto ecológico, por lo que la definición es una cosa, pero hay muchísima más profundidad en el tema. Si queréis saber más acerca del tema, podéis visitar la web de “Ekolurra” y salsear a ver qué encontráis. En resumen, “ecológico” sería el producto que no lleva químicos ni práctica alguna que fuera dañina para nuestro entorno.

Producto biodinámico: “Que utiliza fertilizantes orgánicos”. Bien, ahora un poquito más en serio. La asociación para la agricultura biodinámica nos cuenta esto: “La Agricultura Biodinámica es un enfoque holístico de la agricultura en la cual la vitalidad es la prioridad. Su origen se encuentra en el ciclo de conferencias impartidas por Rudolf Steiner en 1924. Los agricultores biodinámicos devuelven más a la tierra de lo que le quitan cuando cultivan y crían animales. La finca se considera como un organismo en el que las plantas, los animales y los seres humanos están conjuntamente integrados”.

La diferencia más significativa es que en la agricultura biodinámica se trabaja con las energías vitales en la naturaleza y no solamente con las necesidades materiales. Un aspecto de esto es la consideración de los ritmos cósmicos en la producción vegetal y la cría animal (por ejemplo, en un cultivo; la siembra y la cosecha deben estar programadas si es posible en los días favorables). Por lo tanto, un producto “biodinámico” ha sido producido bajo estos principios.

Producto orgánico: “Dicho de un cuerpo que está con disposición de vivir”. Es decir, un producto vivo. Aquí permitidme que añada también el apellido biológico. Ecológico, orgánico y biológico se consideran sinónimos en cuanto a los atributos de un producto se refiere, pese a no ser estrictamente lo mismo. Visto queda en las definiciones.

Está claro que hablamos de una sensibilidad y respeto mayor no solo por el producto, sino también por el productor y la agricultura que nos brinda el producto en sí mismo. Es inevitable imaginarnos a una persona trabajando en el campo cuando escuchamos cualquiera de estos atributos, y esto es bueno. Porque, por lo menos, nos suena por dónde van los tiros. Lo que ocurre es que estamos, como os decía antes, tan saturados por el marketing que nos cuesta generar un criterio propio, nos la cuelan con productos que dicen ser una cosa y después resultan no serlo, por lo que conviene empezar a prestar un poquito más de atención a la compra.

Cada uno de los apellidos o atributos que os he mencionado está estrictamente regulado, por lo que encontraréis el sello correspondiente en el producto junto con su procedencia cuando lo busquéis. Si no tiene el sello, es que no está certificado, por muy verde, bio, eco que ponga en el envase. Esto va de filosofía de vida; si te preocupa la salud del planeta, la tuya misma y la conciencia social global respecto a este tema, no es mal momento para comenzar a salsear con la compra y apostar poco a poco por este tipo de productos.

Ahora, cabe aclarar que no por ser ecológico o biodinámico es organolépticamente hablando bueno. Como todo en la vida, existe ecológico bueno y ecológico no tan bueno. La agricultura ecológica no hace magia y por ser ecológica ya el producto está increíblemente rico. Aquí detrás hay un esfuerzo terrible por hacer que el producto esté realmente bueno, por lo que todavía hay camino por recorrer. Pero lo dicho, cuantas más personas se sumen a este consumo, más fácil será generar un conocimiento mayor acerca de y, por lo tanto, será más fácil encontrar un producto rico que además sea respetuoso con el planeta y nuestra salud.

Hoy domingo está todo cerrado, pero mañana a los que os toque la compra, ya sabéis…

On egin!