Ha comenzado la campaña de la Renta y a la par, los ataques de ciberdelincuentes suplantando la identidad de las agencias tributarias. Utilizan mensajes golosos de supuestos reembolsos que llegan a nuestros móviles y correos electrónicos para empujarnos amablemente a pulsar en los enlaces proporcionados o bajarnos determinadas apps (aplicaciones). Si se pincha en el enlace, este redirigirá a una web maliciosa, la cual solicitará a través de un formulario informaciones como el nombre completo, número de tarjeta, fecha de caducidad, código de seguridad y PIN de seguridad.

Pero, ¡ojo al dato!, porque hay más novedades y las estafas se han diversificado y no se reducen únicamente al conocido como phishing (de los más comunes). Hay que estar alerta con métodos que implican aplicaciones y tecnologías como Bizum y similares o códigos QR que remiten a webs fraudulentas. Es importante proteger y actualizar los equipos y guardar las máximas cautelas a la hora de utilizar nuestros dispositivos cuando se gestionen correos electrónicos, SMS, mensajería o al realizar una compra online, porque suelen ser el origen de recopilación de datos que de forma inconsciente ofrecemos.

Si surgen dudas se puede poner en práctica el llamado egosurfing, si queremos asegurarnos de que no se haya compartido la información privada que dejamos en la página maliciosa. Se pueden usar herramientas para realizar búsquedas avanzadas como Google Dorks. En el caso de que encontremos nuestros datos, debemos solicitar el derecho al olvido a través de la Agencia Vasca de protección de datos o a la AGPD española.

Recomendaciones. Desde los organismos de Consumo se aconseja precaución con los e-mails de remitentes desconocidos y nunca pinchar en enlaces si no se tiene constancia de su origen. Otra ‘pista’ o indicador para desconfiar es observar errores, faltas ortográficas o textos mal traducidos en la web. Especialmente las agencias tributarias nunca solicitan por correo electrónico, SMS o Bizum información confidencial, económica o personal, números de cuenta ni números de tarjeta de las personas contribuyentes, ni tampoco adjuntan anexos con información de facturas u otros tipos de datos.