Iker Fidalgo
PANORAMIKA

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“The Moment of Regeneration” (2004) es una de las piezas de la exposición “Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy” que el Museo Guggenheim de Bilbo dedica a la reconocida artista japonesa.
“The Moment of Regeneration” (2004) es una de las piezas de la exposición “Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy” que el Museo Guggenheim de Bilbo dedica a la reconocida artista japonesa. (Oskar Matxin Edesa)

Desde los diferentes periodos de vanguardia, el arte ha asumido una labor rupturista con lo establecido. El mundo es entendido como un concepto en constante reformulación, sobre el que la creación asume un papel protagonista. Esta idea del arte como innovación nos acompaña aún en la actualidad. En ocasiones, los universos conceptuales, estéticos o visuales consiguen inundar la vida cotidiana y trascender hasta lugares más allá de la sala de exposiciones. Cuando el arte consigue habitar estos espacios, suelen darse dos condiciones. Por un lado, brinda un aporte de radicalidad alterando la normalidad del contexto. Por otro, puede caer en el riesgo de acabar siendo víctima de las habilidades del sistema económico actual para ser convertido en una mera superficie, una moda de portada de revista o un selfie. Esta dualidad con la que convive, marca su futuro y su capacidad de cambiar lo que le rodea.

A finales del pasado junio, el Museo Guggenheim de Bilbo inauguró la que sin duda es una de sus exposiciones estrella de este año. Hasta el próximo día 8 de octubre podremos disfrutar de la gran exposición dedicada a Yayoi Kusama (Japón, 1929). Kusama es una longeva artista que ha formado parte de contextos imprescindibles para entender el arte contemporáneo actual. Una de las piezas clave del pop art, así como del arte feminista, cuyas creaciones han acabado formando parte de catálogos de marcas comerciales y firmas de alta costura. Su producción, marcada por el uso del color, la textura y los lunares, es mundialmente conocida más allá de los círculos próximos a los circuitos museísticos.

“Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy” se despliega como un viaje a través de la vida y el legado de la creadora nipona. Entendida como una muestra retrospectiva que nos acompaña a conocer su vasta producción incluyendo también piezas de reciente creación, no está, precisamente, diseñada de manera cronológica. Las salas albergan diferentes áreas temáticas que dialogan entre sí y que a modo de títulos marcan los puntos del mapa de su vida: Autorretrato, Infinito, Acumulación, Conectividad radical, Lo biocósmico, La muerte y la fuerza de la vida. En ellas conviven diferentes disciplinas. Desde el dibujo y la pintura, pasando por la instalación, la escultura, el material de archivo, la pintura o las propuestas inmersivas. Las formas orgánicas, los cuerpos y el colorismo nos hacen partícipes de un mundo propio. Un lenguaje inequívocamente identificable con Kusama, convertida ya en una creadora icónica que ha marcado una época y que, casi seguro, pasará a ser una de las muestras más destacadas de la historia del museo bilbaino.