Gotzon Uribe
MÚSICA

Hamish Hawk

En numerología, los “números de ángel” son secuencias o patrones de números recurrentes dotados de valencias y significados cósmicos. También es el nombre del nuevo álbum de Hamish Hawk, “Angels Numbers”. Un título adecuado para un artista que oscila entre el escepticismo y la maravilla, que alquimiza lo cotidiano y que está comprometido en una búsqueda constante para flanquear lo ordinario. Con la publicación de “Heavy Elevator” en septiembre de 2021, Hawk, afincado en Edimburgo, se consolidó como un compositor de canciones sinceras y literarias que estimulan al oyente. Es un cantante con estilo y astucia que muestra una lúcida inteligencia.

Aquel álbum ofrecía letras para saborear y melodías para deleitarse. Las canciones eran cinematográficas y románticas, y mezclaban el ingenio, la sabiduría, la resignación y la belleza con una especie de escéptica alegría de vivir, expresada en un ono barítono que ha suscitado comparaciones que van desde Jarvis Cocker a Scott Walker. Fue un trabajo que estableció un camino artístico que, sin embargo, no resultaba ni definitorio ni restrictivo. Aunque el álbum ha sido justamente alabado, los siguientes pasos de Hawk han hecho avanzar la historia considerablemente. “Angel Numbers” responde a las crecientes expectativas con gran solvencia, y es aquí donde sale con una composición de pop natural y vivaz que destila personalidad en cada verso y estribillo. Es una obra etérea tanto en las letras como en la riqueza de los instrumentos que las complementan. El primer tema del álbum, “Once Upon an Acid Glance”, es un buen ejemplo de ello. El teclado está tocado suavemente pero de modo eficaz, y se mezcla con armonías y un ritmo de batería constante. Es una canción encantadora, con una atmósfera casi eclesiástica. El uso de imágenes de plegarias, junto con el motivo de los ángeles y la religión que recorre este álbum, mantiene cada canción unida entre sí.

Su secreto es una capacidad compositiva que no teme comparaciones. Para hacerse una idea de ello, basta con escuchar la canción “Bill” de su nuevo álbum, que deja momentáneamente de lado los arreglos suntuosos y barrocos típicos de Hamish y viste su lúgubre estribillo solo con el eco de unos sintetizadores y una guitarra slide, con la cual también vuelve a sus acentos country en el tema “Rest & Veneers”.

También desnuda es “Frontman”, donde la voz profunda de Hamish Hawk se encuentra con la flexible y dolorida de la cantante Anna B. Savage en una bruma soplada por el acordeón que acerca al oyente a una sonoridad que termina cautivando.

Siempre fiel a sí mismo, Hamish Hawk vuelve a confiar en su desbordante personalidad y en el esmerado cuidado de los arreglos en un trabajo que añade poco a lo escuchado en su predecesor, pero que refuerza un cancionero aún corto pero suntuoso.

 

 



Southall

«Este disco es la gasolina para la máquina del amor», dice del nuevo álbum de la banda su líder Read Southall. Un joven compositor nacido en Humphreys (Oklahoma) y que, junto a su hermana Caitlyn, creció en una zona rural donde su padre era agricultor y su madre, ama de casa. El nuevo trabajo de la banda arde con once canciones que combinan con maestría country, rock & roll y el polvo y la arena de la escena “red dirt”, hogar de la banda y que debe su nombre al rojizo color de la tierra en Oklahoma. Producido por Eddie Spear, sus canciones rugen con una potencia cruda y destellos de hard rock y metal. Su sonido podría estar cerca de Blackberry Smoke.