Berta García
CONSUMO

El escaparate de consumo

Diciembre es el mes en el que el gran escaparate de consumo se ilumina como un enorme árbol navideño del que cuelgan una gran variedad de señuelos publicitarios. El “todo vale” está presente tanto en la venta de alimentos como en todo tipo de artículos industriales, pues muchos de ellos llevan meses en los congeladores o en naves industriales esperando la campaña para darnos “gato por liebre”.

Así es la picaresca de multitud de empresas de la alimentación y de la moda, solo que en el primer caso la salud es lo que importa. Son ya unas cuantas campañas de vendernos las bondades de adelantar las compras a noviembre, por aquello de evitar aglomeraciones, escasez de productos y demás, pero sin transparencia acerca del trazado recorrido en barcos congeladores y naves frigoríficas, sean pescados y mariscos o carnes escocesas o argentinas. Así que ojo con el congelado-descongelado y la vigilancia con la cadena del frío.

Aunque, a decir verdad, la salud también importa en productos no alimentarios, pues juguetes, perfumes o artículos electrónicos como los móviles son los productos estrella de esta época y, si son falsificados, el impacto en nuestra salud y seguridad está por ver. Eso sin contar el enorme impacto medioambiental que suponen tanto la superproducción como el hiperconsumismo, que al final pagamos todos y todas a escote, seamos o no consumidores-as navideños.

TIEMPO DE EXCESOS

Por peligros que no falte, aunque sean invisibles, porque este es el mes más peligroso del año en cuanto que nos “modelan” para entrar en el nuevo cargados de excesos en comidas y más gastos. Luego toca lidiar con los errores un buen trecho del camino. Así que cuidado con las tarjetas bancarias, que 2024 va a ser una caja de sorpresas.