Un futuro complicado para la enigmática alondra ricotí
La alondra ricotí o de Dupont es una de las aves más exclusivas y enigmáticas. De movimientos ágiles y sprint de carrera rapidísimo, se esconde entre mata y mata como propulsada por un resorte. Dentro del ámbito de Euskal Herria, su presencia se reduce a dos pequeñas poblaciones aisladas en las estepas naturales del sur de Nafarroa, con un número aproximado de tan solo unas 80 parejas, lo que sitúa a la especie ante un futuro poco prometedor.
El autor de este reportaje lleva vinculado con la alondra ricotí los últimos treinta años. Además de las fotografías de la especie, con diferentes muestras de comportamientos inéditos, diversifica esta edición con algunas otras de anillamiento científico, así como de unos ornitólogos ingleses y del paisaje estepario característico donde habitan. Viendo estos primeros planos pudiera parecer una especie de pájaro más, pero lo cierto es que es sumamente complejo. Algunas de las pautas de comportamiento que aparecen aquí (búsqueda y acarreo de diversos materiales para la construcción del nido por parte de varias hembras, captura de diferentes tipos de insectos, alimentación a los pollos...) son únicas hasta ahora.
Junto a su mimetismo, el hecho de que no vuelen casi nunca para desplazarse y que solo lo hagan en casos de extrema necesidad, como puede ser el caso de escapar de un depredador terrestre, hace más difícil la posibilidad de ser descubierta.
A nivel mundial, esta ave está presente solo en Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto y en la península ibérica, único lugar europeo donde se localiza y vive en peligro de extinción. Sus 2/3 partes están en las altas parameras del Sistema Ibérico, y el tercio restante en las estepas del valle del Ebro.
Las ricotí están perfectamente adaptadas a no beber agua, incluso cuando abrasa la tierra, una estrategia clave para que no puedan ser localizadas en balsas o en los barrancos.
A su escasez se une que es una de las aves más discretas, escurridizas y complicadas de observar, y es que las alondras ricotí son verdaderas maestras en pasar completamente desapercibidas, capaces de burlar la mirada de los ornitólogos más avezados. De hecho, y aún tratándose de un ave sedentaria, en la península ibérica su presencia no fue detectada por la ciencia como especie nidificante hasta la pasada década de los 80.