IKER FIDALGO
PANORAMIKA

Mantener el duelo

El escritor y artista gasteiztarra Rubén Díaz Corcuera presenta en Zas Kultur de la capital alavesa «Una oscuridad impenetrable», que se puede visitar hasta el 3 de agosto.
El escritor y artista gasteiztarra Rubén Díaz Corcuera presenta en Zas Kultur de la capital alavesa «Una oscuridad impenetrable», que se puede visitar hasta el 3 de agosto. (Imagen cedida por Rubén Díaz Corcuera)

En el año 2019, una niña fue atropellada en el barrio de Zabalgana de Gasteiz. Su muerte, además de inundar de tristeza para siempre a su familia y amigos, descubrió cuestiones sin resolver en la organización del tráfico de esa zona de la ciudad, cuyas vecinas ya habían advertido y denunciado. El padre de aquella joven es el artista y escritor Rubén Díaz de Corcuera (Gasteiz, 1964), quien desde aquel instante comenzó a convivir con el dolor irreparable de una pérdida de tamaña magnitud. Desde entonces, Díaz de Corcuera inició un proceso creativo de corte poético y activista, marcado por el dolor de la muerte y por una convivencia con la ausencia de su pequeña. Para ello, comenzó desarrollando una serie de piezas de corte instalativo y performático que tomaron forma en una exposición titulada “Resistencia al olvido”, que ya reseñamos en 7K en el mes de marzo del año 2022. Con motivo de la muestra, inauguró junto a su compañera Lourdes Errasti un espacio expositivo propio afincado en el mismo barrio y bautizado como “El estado del arte”. Desde este lugar han dado cabida al trabajo del propio Rubén, así como otras iniciativas ligadas a la gestión cultural. Siguiendo con este camino de dolor y creación, el pasado 2023 tuvo lugar la apertura de “Blackout/Itzalaldia/Apagón”. El proyecto estuvo marcado por el uso de una pintura importada desde Japón que absorbe más del 99 por ciento de la luz, provocando que los objetos pintados con ella pierdan volumen cuando los capta el ojo humano. El uso de un color negro absoluto referencia el concepto de duelo y ahonda en la presencia constante de la representación simbólica de la muerte.

Dentro de su imparable dedicación y su compromiso permanente con la memoria de su hija y las terribles causas de su desaparición, el artista inauguró a finales del pasado mes de junio un nuevo capítulo de esta práctica de largo recorrido. En esta ocasión, la exposición abandona el barrio de Zabalgana y se traslada a Zas Kultur, situado en la céntrica plaza San Antón de la capital alavesa. “Una oscuridad impenetrable” podrá visitarse hasta el próximo 3 de agosto y supone una nueva oportunidad para acercarse a la producción del artista gasteiztarra. El montaje desplegado en la galería, funciona como una retrospectiva que repasa algunos de los hitos más destacados de sus anteriores proyectos, “Resistencia al olvido” y “Blackout/Itzalaldia/Apagón”, junto con una pieza de nueva creación titulada “Mirilla a mi infierno”. Encontramos de nuevo, trabajos tan desgarradores como “Zauria”, una camiseta que el mismo creador porta en varias imágenes y que lleva impreso sobre el pecho “sí, soy el padre de la niña muerta”. La poesía de la persistencia de “Egunero hementxe bertan”, un vídeo en el que Díaz de Corcuera camina diariamente por el último recorrido que realizó su hija o la ironía de un juego en el que es imposible ganar, como “Ajedrez de suma cero”, en el que tablero y piezas son completamente negras. Porque la única lucha que se pierde es la que se abandona y la única memoria que se borra es la que no se recuerda, Díaz de Corcuera sigue realizando un trabajo sincero y doloroso pero a la vez necesario e imprescindible y, sobre todo, político.