Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

Lactancia materna, hambre y peso corporal

La dietista-nutricionista de 7K busca respuestas a algunas de las preguntas que las mujeres se pueden plantear durante la lactancia materna. Demostrado que esta práctica aporta numerosos beneficios al bebé, se centra en intentar saber qué pasa con las mujeres lactantes durante ese tiempo.

(Getty)

Cuando hablábamos del sesgo de género en biomedicina, no exagerábamos; y es que recientemente leí que sabíamos más de la alopecia masculina que de la menopausia. Tremendo. Pero también sabemos más de la alopecia que de las repercusiones de la lactancia materna para la mujer, al parecer. No me ha sorprendido encontrar información acerca de los numerosos beneficios que ésta tiene para los bebés pero apenas he podido encontrar respuesta a ¿qué pasa con el hambre, el cuerpo y el peso de una mujer lactante?

Lo cierto es que es habitual escuchar hablar a las mujeres lactantes sobre el peso, el hambre y la sed. La mayoría experimenta un hambre y una sed voraces que, en ocasiones, causa preocupación acerca de su impacto en el peso corporal. Y en este sentido, a menudo hemos escuchado que la LM adelgaza pero, también hay mujeres que aumentan de peso mientras amamantan. ¿Qué hay de cierto?

Para empezar, sabemos que la lactancia materna se asocia a cambios hormonales y metabólicos maternos que garantizan una producción adecuada de leche; por ejemplo se produce una movilización (“quema”) de los depósitos de grasa que hemos ido acumulando en caderas, muslos y abdomen de forma más eficaz que en ninguna otra época de nuestra vida. Es decir, que para producir la cantidad de leche diaria, se requieren en promedio, unas 500 Kcal extras al día, además de utilizar las mencionadas reservas de grasa.

La lactancia materna en general conlleva una ingesta energética mayor pero también una utilización de las reservas de grasa como en ningún momento. Es plausible pensar que las mujeres podemos tanto aumentar como perder peso durante la lactancia. ¿Qué papel tienen las hormonas? Los escasos estudios que han investigado esto, no han encontrado evidencias de que la LM module de forma aguda las hormonas reguladoras del apetito (en sangre). Y ¿las hormonas sexuales?

Durante la LM de forma simplificada, tenemos elevada la prolactina y bajas la progesterona y los estrógenos. La prolactina disminuye la lipogénesis, es decir, la acumulación de depósitos de grasa. Esto es que ayuda a adelgazar ¿no? Pues no tan rápido; porque igual que ocurre en la fase lútea del ciclo menstrual, la bajada de estrógenos es interpretada por el cerebro como una falta de energía, cansancio y fatiga muscular, por lo que promueve la sensación de hambre con un aumento significativo de la predilección de carbohidratos, lípidos y proteínas. Estas elecciones de alimentos se ven acentuadas por la falta de sueño: cuanto menos dormimos, puede ser más habitual elegir alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas.

En conclusión, no sabemos si la LM ayuda a adelgazar o todo lo contrario. Las únicas evidencias son que hay un aumento de la sensación de hambre determinado (al parecer) más por las hormonas sexuales que por las reguladoras del apetito y que, a su vez, se usan o queman más que nunca, los depósitos de grasa de zonas determinadas del cuerpo. Lo demás variará en función de la mujer, su contexto personal y, sobre todo, emocional.