Javi Rivero
Cocinero
GASTROTEKA

Propósitos para 2025: Los lunes, menos lunes

A nivel gastronómico, el chef de 7K se ha propuesto para el año que acaba de comenzar disfrutar al menos un lunes al mes de esos establecimientos que le apasionan y de los que plasma sus sensaciones y opiniones en estas páginas. Se ha estrenado en la sidrería Mendizabal y promete continuar.

(Getty)

Feliz año a todos, todas y todes! Arranco lleno de ilusión y alegría este nuevo año en el que las cosas del comer serán, como no podía ser de otra forma, el motivo por el que nos encontremos un domingo sí y otro también. Yo, como todos vosotros, también me propongo algunos retos, me marco objetivos e idealizo algunas situaciones que no sé por qué, pienso que, por el mero hecho de haber cambiado de año, van a cambiar (a mejor). Por supuesto, este tampoco va a ser el año en el que dé de baja la tarjeta del polideportivo, pero no creo que lo frecuente más que el año anterior… Y vosotros no os engañéis. Puede que en enero caiga alguna inusual visita a estas instalaciones e incluso nos perdamos por ellas, pero hasta aquí. Seamos realistas y centrémonos en esto por lo que estamos aquí, el comer rico, sano, siempre que se pueda, local y sostenible.

Palabras mayores familia. A mí, la verdad que, sinceramente, con poder disfrutar del comer la mitad que este año pasado me vale. Con un cuarto también me podría conformar, pero con menos… no. No van a ser menos, así que no me voy a poner armagedónico, ni catastrofista. Los asuntos del comer están asegurados para un rato largo y como propósito para este año 2025 me he prometido disfrutar, al menos, una vez al mes, de los lunes. Siendo hostelero, los lunes son como un sábado para un profesor, pero con muchos restaurantes cerrados. Pero muchos no son todos, amigos. Los hay quienes abren los lunes y descansan otros días de la semana. Lo difícil será ver si encuentro algún compañero de lunes con el que armar estas escapadas y homenajes. Ya os iré contando con quién me voy encontrando por ahí los lunes de cada mes y cómo se terminan dando. Prometido.

¿Y qué hay más bonito que cumplir una promesa o un propósito? Pues cumplir con lo prometido casi antes de lanzar la propia promesa. Y aquí vengo yo, como si de un viaje al futuro se tratara, a contaros la primera aventura de lunes de este 2025, aunque esta se diera en 2024.

Le debía una comida a un gran amigo con el que me estaba costando coincidir. Pero, como si de un eclipse solar o lunar se tratara, nuestras agendas terminaron coincidiendo en blanco, para un lunes al mediodía. Por lo que, una vez adjudicado el momento, faltó decidir cuál sería el restaurante en el que saldar mi deuda. No fue otro que la sidrería Mendizabal (Astigarraga), casa que gobierna Andoni Arranz con maestría, contundencia y determinación. Andoni es un cocinero al que admiro, habiendo coincidido realmente poco. Hemos compartido un par de eventos. Uno de ellos en su casa, pero poco más. Aun así, Andoni transmite un control y una profesionalidad de dar envidia a cualquier profesional del sector. Las ideas claras, el equipo enchufado y, lo más importante, una cocina rica y llena de sabor. Bajo mi punto de vista, un profesional del que hablamos menos de lo que se debería para el pedazo de cocinero que es. Humilde y currela -de estos que me huelo que prefiere estar más en la retaguardia-, guisa que da miedo.

Pongo comillas a la “sidrería” Mendizabal porque, además de ofrecer un menú puro de sidrería y txotx en sus kupelas (de hormigón, pero no por esto menos sidrería), ofrecen carta, menús y eventos en los varios espacios con los que cuentan. El espacio es acogedor y está en un entorno la mar de tranquilo, por lo que no es de extrañar que el éxito con el que está trabajando en los diferentes aspectos de su restaurante no pare de crecer.

Centrémonos pues en este lunes en el que comimos a la carta, junto con otros varios comensales que también así lo hicieron. Otros mucho apostaron por el txotx y el menú de sidrería pero, ¿quién se resiste a unas potxas con langosta a la parrilla, un besuguito asado y unos callos con huevo frito? ¿Un lunes? Pues sí. No sé por qué, pero el hecho de que fuera lunes juraría que terminó aportando una puntita de sabor a todo. Un sabor al que uno le coge el gusto y se engancha rápido. Puede ser que el vivir un pelín a contracorriente tenga algo que ver. No lo sé.

Estos platos fueron los que Andoni nos sugirió fuera de carta, por lo que no miramos mucho más y nos lanzamos a ello. Empezamos con unas anchoas en salazón, con una focaccia caliente y aceite de oliva que envolvía todo a la perfección. Un arranque perfecto. Siguieron las pochas, suaves, bien guisadas y con los pedazos de langosta a la parrilla en su punto justo. Pensaréis como yo, que ponerle langosta a la parrilla a unas pochas es hacer trampas para pasarse el juego. Nunca hacer trampas supo tan rico, familia. Os recuerdo que era lunes. Para otros, también trampa. Pero me da igual. Yo, volveré a hacerlo. Y os lo volveré a contar.

Seguido, un besuguito de tamaño perfecto para compartir y disfrutar de la pieza, que ya muestra grasa abdominal en estas fechas y se nota en boca. Para terminar, pecamos con un guiso de callos como mandan los cánones de la cocina y las cosas del comer bien hechas. Con un huevo frito de sus propias gallinas. Frito bien, con puntilla en los bordes y la yema cruda. Los huevos que no son así, podéis llamarlos huevos, pero no digáis que son un huevo bien frito. Los amantes del huevo frito sin puntilla, buscaos otro nombre o atribuidle otra técnica al producto. Primer aviso.

Una vez pasado y repasado con pan el plato, acordamos compartir un postre. Este, también cayó por recomendación de Andoni. Nos sirvió un mimético de limón. Un “falso limón” con forma y apariencia de limón, relleno de una crema de limón que, si mal no recuerdo, tenía algo de yogur y merengue. Una combinación refrescante que supuso el final de una comida para el recuerdo. No solo por lo bien que comimos y que nos atendieron, sino porque, además, era lunes. Un lunes que terminó siendo menos lunes. Aunque, si algunos de los que vienen pintan así de bien, me importa menos que los lunes sean lunes.

Urte berri on familia! On egin!