Nagore Belastegi
Periodista
IKUSMIRA

Tirar el dinero a la basura, literalmente

Europa dice que no seamos tan cochinos, que ya está bien. De momento el Parlamento ha aprobado un informe que pide a la Comisión Europea que actualice su normativa en esta materia para fin de año. El objetivo es alcanzar un 70% de reciclaje en residuos urbanos y un 80% en envases para 2020, cifras que se superan en numerosos pueblos de Euskal Herria. Qué orgullosa estoy de ellos, y qué orgullosos deberían estar de sí mismos al ir a la cabeza de Europa, mientras otros se empeñan en caminar hacia la cola.

2009. Tengo grabado en mi memoria el momento en que vi entrar en un supermercado de Helsinki a un grupo de jóvenes con un saco de latas vacías. Les seguí con disimulo y les observé como si fueran un reclamo turístico más. Introdujeron las latas en una máquina dispuesta en la sección de bebidas. Al terminar, consiguieron algunos euros que invirtieron en un pack de cerveza. Fue entonces cuando me di cuenta de que las latas –el envase en sí, a lo que habría que sumarle el contenido– costaban 15 y 25 céntimos, de manera que quien no reciclara tiraba su dinero.

Veo del mismo modo los residuos orgánicos. Me parece absurdo desperdiciar algo que puede convertirse en compost mezclándolo con el resto, y por eso hace un mes inauguramos nuestra compostadora de barrio. Estoy deseando que nos avisen de que ya podemos coger «el fruto de nuestro trabajo». Así, las plantas de nuestra terraza florecerán y estarán a juego con esa flor tan colorida y que da vueltas que colocamos para protestar contra los malos humos de esa incineradora que acecha.