Creo que fue cierto ministro franquista quien dijo aquello de que Spain is different. No mentía. Un país es bien different cuando condena a prisión a quienes propician un proceso de paz y amnistía solapadamente, sin exigencias de pedir perdón, a los terroristas de las cloacas del estado. Muy different si castiga con el destierro a ciertos presos, los mantiene enfermos en prisión alarga gratuitamente sus condenas.

Different, ¡sí señor! Todo aficionado al cine sabe que cuando los delitos de un capo mafioso, juez, empresario, político o mando policial corrupto son descubiertos, abren el segundo cajón de su escritorio, donde guardan la pistola, y hacen lo que hay que hacer para preservar de algún modo su honor.

En Spain, que como todo el mundo sabe es different, los corruptos de alto standing lo que sacan es el yate, el bañador más feo de la colección Armani y el frasco de viagra. ¡Y a lucir panceta, novia veinteañera y jeta! Dedicándose a demostrar que se puede subsistir casi exclusivamente a base de marisco y champán, prácticamente como en el Mesolítico. ¡Para eso se hicieron políticos!

Tan different es Spain, que quienes se quitan la vida son padres o madres de familia, quizás en paro, que no pueden hacer frente a sus deudas con el banco ni llegar a fin de mes con dignidad. A veces dueños o dueñas de pequeños negocios arruinados por los responsables de una crisis en la que no han tenido arte y sí la peor parte. Personas que, subsumidas en la depresión y la vergüenza, se sienten culpables de su suerte.

No son muchos los medios de comunicación que les dedican un último homenaje: en aras de evitar un supuesto «efecto-imitación», callan la llamada desesperada que quizás pudiera despertar nuestras conciencias. Mártires anónimos de la diferencia.