Hacienda embarga el sueldo que el alcalde de Zestoa se subió un 47%
En una notificación firmada por el Jefe del Servicio de Recaudación de la Hacienda guipuzcoana, se ha procedido a informar al Ayuntamiento de Zestoa de la orden de embargo del sueldo de su alcalde. Un sueldo que él mismo se subió un 47% y que conllevaría la utilización de dinero público para pagar sus fraudes y estafas particulares.
El caso de la pequeña localidad guipuzcoana de Zestoa (3.656 habitantes) es paradigmático de lo que ocurre cuando no se guardan las formas ni la decencia. En las elecciones municipales de 2015, el PNV obtuvo 27 votos más que EH Bildu y le sirvió para conseguir la mayoría absoluta. En una de sus primeras decisiones, el nuevo alcalde electo, José Francisco Mendizabal Irigoyen, decidió subirse el sueldo un 47,23%, mientras que, según el III Monitor Anual Adecco sobre salarios, el sueldo medio de un ciudadano de la CAV descendió un 0,7%. Comparativamente, la anterior alcaldesa cobraba un sueldo bruto anual de 35.798 euros mientras que el nuevo regidor jelkide de Zestoa pasó a cobrar 52.707 euros brutos.
Las pancartas que denunciaban este hecho no se hicieron esperar en Zestoa. Y una que colgaba en las inmediaciones del conocido Balneario de la localidad comparaba esa cifra con los sueldos de las alcaldesas de Barcelona y Madrid (Ana Colau cobra 37.000 euros y Manuela Carmena 45.402 euros; el resto de lo que ganan por ley lo destinan a fines sociales). El contraste, ciertamente, es brutal. El alcalde hizo desaparecer inmediatamente todas las pancartas creyendo que con ello desaparecería el enorme enfado que han generado sus formas y sus decisiones entre los zestoarras.
Pero el escándalo va a más y, a la luz de las nuevas informaciones, de la falta de sensibilidad y decoro en las formas se ha pasado a una actitud totalmente bochornosa. A saber, José Francisco Mendizabal tiene una orden administrativa de embargo del sueldo por parte del Departamento de Hacienda Foral y, como pagador del mismo, el Ayuntamiento de Zestoa deberá destinar una parte importante de la subida astronómica del sueldo de su alcalde a pagar sus estafas y fraudes privados.
Y a diferencia de lo que denunciaban las pancartas que hizo desaparecer, la información sobre la orden administrativa de embargo de su sueldo es de dominio público.
En el expediente, al que ha tenido acceso este periódico, que el Jefe del Servicio de Recaudación del departamento de la Hacienda guipuzcoana ha enviado al Ayuntamiento de Zestoa, como pagador de una deuda que asciende a 55.394 euros, se ordena el embargo del sueldo de su alcalde. Y se impone al deudor una cantidad mensual de 1.155,24 euros a retener, además de advertirle de las consecuencias que derivarían de un hipotético incumplimiento o cumplimiento inexacto.
Mendizabal, por tanto, sabía perfectamente que no estaba al día con Hacienda cuando se presentó como candidato a alcalde, sabía de la existencia de todo este asunto –¿lo sabía el PNV?–, sabía que tenía procedimientos abiertos en su contra que venían de lejos y, contra toda evidencia, no le importó en absoluto subirse el sueldo casi un 50%. O quizá, lo hizo precisamente por eso.
«Aclararé mis cuentas»
Puestos en contacto con el interesado y preguntado sobre esta información, Mendizabal confirmó la existencia de esa orden de embargo. No obstante, manifestó a GARA que estaba negociando con la Hacienda de Gipuzkoa (en manos de su propio partido) y que se disponía a hacer un pago inmediato de manera que para «el lunes o martes de la semana que viene pueda presentar un certificado que aclare todas mis cuentas y levante el embargo de mi sueldo».
Al estar las informaciones fiscales sujetas a la ley de protección de datos, GARA no ha podido confirmar desde cuándo viene ese fraude, pero sí puede adelantar que está relacionado con sus negocios particulares en el sector de las autoescuelas donde llegó a ser presidente de la Asociación de Autoescuelas de Gipuzkoa.
Si el primer edil de Zestoa no se pone al día con Hacienda y no hace frente a sus deudas de su propio bolsillo, más de mil euros mensuales del dinero de todos sus convecinos se destinarían a pagar los costos de las estafas que realizó en su actividades privadas.