Catalunya anuncia su desconexión
Junts pel Sí y la CUP aprobaron ayer sin fisuras la Declaración de inicio del proceso de construcción de la república catalana, con la que se fijan los cimientos de la desconexión del Estado español. Un texto que eleva el tono del enfrentamiento con el Estado y que obliga al independentismo a trabajar de la mano para llevarlo a la práctica.
El Tribunal Constitucional (TC) ya no existe en Catalunya. La próxima vez que el TC enmiende una decisión tomada por las autoridades de Catalunya, las instituciones catalanas ignorarán su dictado. Así será al menos si se aplica la histórica Declaración de desconexión aprobada ayer en el Parlament gracias a la holgada mayoría que suman los 72 diputados de Junts pel Sí y la CUP, obligados ahora a entenderse en la elección de un president para que la solemne resolución de ayer no quede en papel mojado.
No se trata de la primera declaración soberanista del Parlament, pero nunca se había ido tan lejos como ayer. Nunca se había declarado el «inicio del proceso de creación del estado catalán independiente en forma de república» ni se había dado por abierto un «proceso constituyente ciudadano, participativo, abierto, integrador y activo». Y sobre todo, las declaraciones anteriores no contemplaban ejercicios concretos de ruptura. Esta y no otra es la principal novedad de la resolución ayer aprobada: insta al futuro Govern a iniciar la tramitación de las leyes de proceso constituyente, de Seguridad Social y de Hacienda pública en el plazo de treinta días. Igualmente, en el anexo del punto octavo llama a las instituciones catalanas a desobedecer normas como la Ley Wert o la Ley Mordaza. El papel lo aguanta todo, pero en esta ocasión sus impulsores se obligan a sÍ mismos a llevarlo a la práctica de forma inmediata. Según cuál sea el calibre de la reacción española (y no olvidemos que estamos en plena precampaña electoral), los acontecimientos pueden tomar una velocidad de vértigo.
El que fuera cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, fue el encargado de defender el texto en primer lugar. Lo hizo con el tono épico que le caracteriza y que ya desplegó durante la campaña electoral: «Esto ya no tiene freno, si no es hoy, será mañana, si no somos nosotros, serán otros, pero este país ya hace tiempo que dice alto y claro que ha llegado la hora de ir a por todas». Romeva reivindicó que el 27S supone «un antes y un después» y defendió que «pueden hacer los juegos numéricos que quieran», pero que aquel día ganó el independentismo. «Después de años de reclamar un derecho, lo hemos ejercido», zanjó, antes de enviar un recado a la CUP, que hoy votará en contra de la investidura de Mas: «El proceso se debe hacer con todos, sin excluir a nadie».
La diputada de la CUP Anna Gabriel recogió el guante lanzado por Romeva: «Hay que dejar atrás la Catalunya subordinada, pero también la de los recortes y la corrupción». Gabriel fue la encargada de defender la resolución por parte de la Esquerra Independentista y lo hizo con un discurso algo menos épico pero con más contenido, pidiendo «no cerrar el proceso entre cuatro paredes, sumar nuevas mayorías y no convertir estas mayorías en pasivas, sino en un pueblo activo».
«No es ninguna DUI, no todavía, pero sí un acto íntegro de soberanía, de democracia y de dignidad. Para nosotros es, sobre todo, un acto de ruptura», reconoció Gabriel. Guardó sus principales dardos para el Estado español, «con quien deberemos hacer en algún momento un ejercicio evidente de reparto de activos y pasivos».
«Nos dirigimos a su ejecutivo, a su ejército y a sus tribunales: mírenos a los ojos, noten nuestros latidos, verán un pueblo alegre, vivo y combativo que se afana en poder ser. No verán golpistas, ni partidarios de autoritarismos ni de imposiciones. Solo veréis a alguien que ha decidido, democráticamente, ejercer de forma plena las condiciones de su libertad», concluyó, con contundencia, Gabriel.
El discurso fue fuertemente aplaudido por la mayoría de los diputados de Junts pel Sí, pero no por los miembros del Govern, situados en primera fila. Al menos la mitad de los consellers habían mostrado previamente (según filtró ‘‘La Vanguardia’’) su disconformidad tanto con la Declaración aprobada ayer como con la marcha general de las negociaciones entre Junts pel Sí y la CUP, cuya política de vetos va más allá de Mas y afecta también a consellers como Felip Puig (responsable de Interior en la etapa más oscura de los Mossos d’Esquadra), Germà Gordó (titular de Justicia y persona tradicionalmente muy ligada a Mas) o Boi Ruiz, responsable de Sanidad y previamente jefe de la patronal sanitaria en Catalunya.
El unionismo en bloque
Aunque normalmente tratan de desmarcarse del bloque netamente unionista, ayer Catalunya Sí que es Pot (CSQP) se cuadró al lado de Ciutadans, PP y PSC en contra de la Declaración. Fue una fotografía que dolió a algunos sectores de la plataforma que une a Podemos e ICV-EUiA, empezando por el diputado Joan Giner, que en un apunte en su blog calificó de error la postura de su formación. De hecho, el joven diputado, militante del partido morado, explicó que cuando explicó su intención de abstenerse en la votación fue amenazado con la expulsión. Finalmente ayer no rompió la disciplina de voto de la formación, pero su comentario (al que se sumaron otras críticas internas) levantó ampollas en CSQP.
De cara al público, el diputado Joan Coscubiela ejerció de portavoz con un discurso inusualmente beligerante contra el independentismo en general y contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, en particular. Consideró que la Declaración (que no es una declaración de independencia) «parte de una interpretación tramposa del 27S» y acusó al independentismo de «fariseismo», de autoengañarse y de no tener legitimidad. El propio Coscubiela resumió su exaltada diatriba calificando el texto aprobado de «Declaración de insurgencia».
Su propuesta de resolución alternativa, que se centra en pedir (de nuevo, por enésima vez) un referéndum al Estado español, contó con solo 11 votos a favor. Son los escaños que tiene CSQP en una cámara de un total de 135 diputados. El unionismo nunca quiso pactar un referéndum. El independentismo no lo rechaza, pero ha pasado de pantalla.
Pocas sorpresas
En la bancada puramente unionista, pocas sorpresas. Ante la cifra récord de periodistas acreditados (más de 300), la líder de Ciutadans en el Parlament, Inés Arrimadas, no desaprovechó la ocasión para reproducir el discurso del líder del partido, Albert Rivera, de cara al 20D y reiterar que lo que quieren, no es «romper España, sino reformarla».
El líder del PSC, Miquel Iceta, insistió en que el independentismo «no tiene ningún mandato democrático para dar un paso así» y su homólogo en el PP catalán, Xavier García Albiol, advirtió de que no van «a permitir que ningún catalán tenga que utilizar el pasaporte para salir en Catalunya». Amenazas lanzadas en vano, igual que el numerito de las banderas españolas y catalanas en la votación. El marcador habló por sí solo: 72 diputados a favor. 63 en contra.
Presencia de EH Bildu y PNV en una sesión parlamentaria considerada histórica
Una representación de EH Bildu –formada por Hasier Arraiz, Rebeka Ubera y Maiorga Ramírez– y el diputado del PNV en el Congreso Aitor Esteban estuvieron ayer presentes en el Parlament de Catalunya.
El portavoz jeltzale señaló que en Catalunya «existe un problema político que deberían ser abordado de manera política». Aitor Esteban lamentó que en la Moncloa esté Mariano Rajoy y no David Cameron, que sí permitió y acordó el referéndum en Escocia.
Desde EH Bildu, Hasier Arraiz afirmó que no acudían a Barcelona solo para mostrar apoyo y solidaridad a quienes apoyan la independencia de Catalunya, sino para expresarles que «no están solos. Estamos en el mismo camino». Los representantes de EH Bildu quisieron dejar constancia de que durante el pleno habían sentido la «emoción de vivir un momento histórico» y destacaron que el Parlament de Catalunya está ejerciendo soberanamente.
Hasier Arraiz y Rebeka Ubera mantuvieron una reunión con una representación de las CUP.
Entre tanto, desde Euskal Herria, la lehendakari de Nafarroa, Uxue Barkos, declaró que la resolución abre «un escenario de propuesta política de hondura y de ruptura con el Estado español» y en ese escenario deseó que «la respuesta a una declaración política de esta dimensión sea también política». «Creo que nos lo merecemos el conjunto de la ciudadanía en el Estado», añadió.
A juicio de Uxue Barkos, «es absolutamente incomprensible, yo diría que inadmisible, que a una demanda política de hondura la única respuesta que se haya sabido dar desde Moncloa sea tirar del Tribunal Constitucional. No se comprende».
El lehendakari de la CAV, Iñigo Urkullu, entrevistado en Euskadi Irratia, intentó acercar el proceso catalán hacia sus propuestas, diciendo que Artur Mas utilizó los términos «integración, cohesión interna y concertación» en la misma noche electoral, y entiende que «ésa es su verdadera voluntad» y que «no hay otro camino». Sostuvo además que se abre «un largo tiempo» para el diálogo entre los gobiernos y las fuerzas políticas catalanas y españolas.GARA
El anexo clave: la letra pequeña de la Declaración de ruptura
No es menor la importancia del anexo de la Declaración aprobada ayer en el Parlament, ya que es el elemento que, de manera más directa, apela a la desobediencia (sin mencionar la palabra) de algunas leyes españolas. El anexo insta al futuro Govern a aplicar el decreto catalán contra la pobreza energética suspendido por el Tribunal Constitucional, a tomar medidas contra los desahucios, a garantizar la sanidad universal y a no aplicar en Catalunya la Ley Wert de educación. Lo mismo con la Ley Mordaza o con la Ley Montoro sobre las Administraciones Locales. También exige crear un marco catalán para acoger a refugiados y garantizar el derecho al aborto.
El anexo incluye un punto sobre la «financiación de un plan de choque social y gestión de la deuda» en el que emplaza al Govern reducir la carga de la deuda en el gasto presupuestario, con el objetivo de «liberar recursos para dotar financieramente un plan de choque» contra la crisis y la situación de emergencia social.B.Z.
INTERVENCIONES: UN DEBATE PARA LA POSTERIDAD
«Esto ya no tiene freno, este país hace tiempo que dice alto y claro que ha llegado la hora de ir a por todas»
RAÜL ROMEVA
Junts pel Sí
«No es una DUI, pero sí un acto íntegro de soberanía, democracia y dignidad. Es un acto de ruptura»
ANNA GABRIEL
CUP
«La declaración parte de una interpretación tramposa del 27S. Esto requiere un referéndum»
JOAN COSCUBIELA
Catalunya Sí que es Pot
«Cuando alguien se tira a las vías del tren, no hay un choque de trenes. Lo que hay es un suicidio»
XAVIER GARCÍA ALBIOL
PP