Se aferra al triunfo con los dientes
Los hombres de negro cerca estuvieron de caer en un partido que tuvieron controlado. Hannah y los tiros libres amarraron la victoria.
CAI ZARAGOZA 69
DOMINION B. BASKET 71
Visitar las cuentas de twitter de distintos periodistas cercanos a Dominion Bilbao Basket era como leer una crónica de un infarto anunciado. Hasta algún «¡pa’ habernos matao!» de lo más castizo se dejó deslizar en los 140 caracteres, después de que los hombres de negro salieran victoriosos de la cancha del CAI Zaragoza a base de aferrarse al triunfo con los dientes. Un triple de Jelovac adelantaba a los maños 68-67 en el último minuto, después de que los bilbainos hubieran controlado el partido. Clevin Hannah, otra vez el mejor de los vizcainos, volteó el marcador con una penetración, y en la ruleta de los tiros libres, Sastre erraba y Hervelle, no.
Este continuo tira y afloja del juego bilbaino en lo que va de temporada, mucho tiene que ver con la frescura física. Mirza Begic, ganándose la titularidad a pesar de sus limitaciones físicas, así como Mumbrú y Hervelle, pasaron por encima del CAI Zaragoza en unos minutos de verdadera locura. Clevin Hannah, al ver a «sus mayores» disfrutar de tal manera, se sumó a la fiesta con canastas y asistencias, mientras que el CAI ponía también de su parte errando un sinfín de tiros libres –acabaría con 18 de 28–, mientras que el pabellón José Luis Abós murmuraba disconforme con los suyos.
Claro que esa frescura se fue agotando y Sito Alonso debió meter sus cambios. En ese sentido, los minutos de Tobias Borg merecen un aparte, ya que el sueco trató de compensar a base de puntos sus mayores problemas en la dirección.
De un 17-27 convertido por el propio Borg, el cuadro maño pasaba a un 26-27, obligando a Sito Alonso a sacar a sus titulares, y estos respondieron: sendos triples de Hannah y Mumbrú para dar algo de calma. Pero faltó esa calma en Sito Alonso, que vio una técnica tras recriminar un empujón de Bellas sobre él, y el CAI volvía a asomarse: 31-35. Al descanso, el gran final de Mumbrú, con grandes canastas y una maravilla de asistencia de quarterback que aprovechaba Ruoff dejaba el luminoso en 32-42 a la visita de los vestuarios.
Joan Sastre, ángel y demonio
El cariz del partido cambiaría al regreso del vestuario. El marcador mostraba un empate a 51 al final del tercer período, fruto de la reacción maña que lideraría Joan Sastre. Por parte bilbaina, un Bertans negado desaparecería de escena –Sito Alonso dijo que acabó lesionado–, mientras que jugadores como Borg o Ruoff daban un descanso de cierto nivel a los titulares antes de los minutos de la verdad.
En esos minutos finales el CAI llegaría a ponerse por delante de forma fugaz, aunque de la mano de Suárez, o Mumbrú, Bilbao Basket pasaría a adelantarse rápidamente. Incluso, con 59-65, parecía recuperar un colchón importante de cara al final.
Nada más lejos de la realidad. El ataque bilbaino se atascó, y Jelovac cerca estuvo de erigirse en héroe al adelantar a los maños con un triple: 68-67, ya dentro del último minuto.
Hannah, valiéndose de un buen bloqueo de Begic, anotaría el 68-69 a escasos segundos del final. Acto seguido, Sastre tuvo que ir a la línea de tiros libres, pero emborronó su gran partido errándolos ambos, algo que Hervelle no hizo. Bilbao Basket se aferraba a la victoria.
«Aguantamos frente a los problemas»
Le suele gusar a Sito Alonso centrarse solo en el tiempo presente, sin mirar al pasado ni al futuro. Pero lo cierto es que en su valoración del triunfo en Zaragoza el duelo de Miribilla ante Iberostar Tenerife estuvo presente, sobre todo para recalcar la fortaleza mental de los suyos en los peores momentos del encuentro.
«Después de haber tenido un partido tan complicado la semana pasada ante Iberostar Tenerife, en el que nos llevamos una decepción de grupo muy grande, la fortaleza del equipo ha sido mayor que otros días. Con la creencia y el aguante, cuando ha llegado la lesión de Dairis Bertans y el no poder contar con Raül –López–, creo que el equipo se ha crecido en lugar de venirse abajo», recalcaba el preparador de Monzón.
Cuarto a cuarto, se mostró muy satisfecho con los 20 primeros minutos, y muy a disgusto con el tercer período. Sobre el final, retomó su dicurso de que «hemos creído en la victoria».A. G.