Merga y Ayalew, doblete etíope en el hipódromo
El alavés Iván Fernández y la guipuzcoana Ainhoa Sanz, campeones vascos.
Imane Merga y Hiwot Ayalew recuperaron para Etiopía las txapelas del Cross Internacional de Donostia en una 61ª edición con amplia mayoría de participantes de la CAV, puesto que simultáneamente se disputó el Campeonato de Euskadi. De esta forma se ganó en cantidad en las principales pruebas de una intensa mañana atlética, que transcurrieron bajo un cielo encapotado, sin nada de lluvia en los platos fuertes, 14 grados de temperatura y algo de barro, aunque menos del habitual en ese terreno irregular, blando en la zona del salto, sin llegar al lodazal de otras ocasiones.
Merga, campeón mundial de cross en 2011 y subcampeón en 2013, tiró de galones y fue el más listo de una prueba que en cabeza de carrera se vivió a un ritmo vertiginoso, por debajo de los 3 minutos en la mayoría de los 10 kilómetros. El etíope se dedicó a aguantar el ímpetu del keniata Dominich Kiptarus y las ganas del eritreo Goitom Kifle, que le acompañaron en el podio. Merga tenía claro que su triunfo pasaba por intentarlo en el tramo final y le salió genial. «Me he encontrado muy fuerte. No ha sido nada complicado porque llegaba con confianza. Sabía que tenía que esperar a la última vuelta y pegar el golpe definitivo», confirmó en meta.
Ahora regresa a Addis Abeba para preparar la temporada de pista. Bronce en el Mundial de Daegu'2011 quiere debutar en los Juegos en Río aunque la competencia en su país para el 10.000 se presenta bestial.
Iván Fernández terminó noveno en la clasificación general y primer vasco, sumando así su octavo título vasco en donde sigue sin competencia. El alavés necesitaba una pequeña alegría tras un año que calificó de «muy muy difícil». Después de Berlín –su segundo maratón que corrió en setiembre– no me recuperé bien. En octubre y noviembre sufrí una mononucleosis que sigo arrastrando. Está por ver lo de Sevilla, porque para ir a un 70%... Lo decidiré con Fiz –su entrenador– en cuestión de horas». El objetivo es el billete olímpico, pero habrá mucho aspirante a lo mismo el próximo día 21 en la ciudad andaluza.
Más txapelas para los Ayalew
La carrera femenina deparó el único duelo posible en primera fila protagonizado por Hiwot Ayalew y Belaynesh Oljira, del que salió reforzada la primera que ni siquiera esperó al último kilómetro para sentenciar.
La subcampeona mundial de cross en 2013, como en Bydgoszcz, también pudo con la entonces medalla de bronce. Hiwot obtuvo la segunda txapela para los Ayalew en una semana. Su hermano Aweke, con pasaporte de Bahrein, ganó la semana pasada en Elgoibar donde con anterioridad se habían impuesto la propia Hiwot (2014) y su otra hermana Wude (2012). Así que la familia sigue aumentando su colección.
Ahora que se ha incrementado la distancia femenina con vistas al Mundial de campo a través de 2017, ayer abarcaron 8.142 metros que se notaron, y eso que la madrileña Diana Martín, que dejó sin el tercer cajón del podio al que podía aspirar la inglesa Stephanie Twell, los afrontó 16 horas después de correr y ganar el 3.000 en la Copa de clubes de pista cubierta en Valencia. Martín, que ya tiene mínima, podría volver a coincidir con Hiwot en los 3.000 metros obstáculos de Río de Janeiro si la etíope logra la plaza.
Ainhoa Sanz recuperó el título de campeona vasca. La urretxuarra del Goierri Garaia fue séptima en la general y siguió los consejos de su entrenador Santi Pérez que le dijo que «dosificara porque el recorrido era largo». Su próximo compromiso es el estatal de clubes en otro hipódromo, el de la Zarzuela. Sin perder detalle seguía las pruebas Cristina Petite, con 9 títulos vascos en cross largo y otros 9 en corto: «Antes había más gente y más nivel», opinó.