El Tribunal Supremo de Florida ha desestimado el recurso presentado por la Fiscalía de este estado contra la anulación de la condena a muerte de Pablo Ibar. El preso, que podrá abandonar el corredor de la muerte en un plazo máximo de quince días, será trasladado a otra prisión, donde esperará la repetición del juicio por la muerte de Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Ros, cuyos cuerpos sin vida fueron localizados en Miramar el 27 de junio de 1994.

En declaraciones a Radio Euskadi, el portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, Andrés Krakenberger, destacó que la celebración de un nuevo juicio es una oportunidad para demostrar la inocencia de Pablo Ibar, que lleva 22 años preso, los últimos quince en el corredor de la muerte. En este nuevo proceso, Ibar contará con una «defensa eficaz», que demostrará que el ADN y las huellas dactilares halladas en el escenario del crimen no coinciden con las del acusado, detenido y condenado en base a la declaración de un testigo y una imagen borrosa obtenida de una cámara de seguridad.

Pero el juicio no será barato. La familia de Ibar y la asociación han puesto en marcha una campaña para recaudar los 1,3 millones de dolares necesarios para pagar a los abogados, buscar testigos del año 1994 y sufragar el coste de los informes periciales. Por el momento, han recaudado 640.000 dolares, la mitad del presupuesto, y han puesto en marcha una gira para solicitar ayuda a las principales instituciones del Estado español. Ya se han reunido con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y con el lehendakari, Iñigo Urkullu, quien señaló que el Gobierno de Gasteiz hará todo lo que esté en su mano para ayudar a la familia de Ibar. En este sentido, el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernandez, anunció que el Ejecutivo jeltzale baraja aumentar la partida dirigida a la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, que este año ha sido de 50.000 euros.

«Una noticia increíble»

La familia de Ibar recibió con entusiasmo la decisión del Tribunal Supremo de Florida. Su padre, Cándido Ibar, afimó ayer que se siente «en el aire» al saber que su hijo abandonará en las próximas semanas el corredor de la muerte. «Hemos estado luchando durante quince años para sacar a Pablo del corredor de la muerte. Es una noticia increíble», destacó el zestoarra, que advirtió de que, pese a que el traslado a una prisión común es positivo para Pablo, no lo será tanto para la familia del preso, ya que las visitas dejarán de ser presenciales. Se llevarán a cabo mediante pantallas.

No obstante, ahora están mejor que antes. «Antes no teníamos nada y ahora tenemos razones para estar contentos», destacó Cándido Ibar en una entrevista publicada el pasado fin de semana por GAUR8. Una entrevista en la que explicaba cómo ha recibido Pablo la decisión del alto tribunal, que el pasado 4 de febrero decidió anular la declaración de culpabilidad del preso. En este sentido, conviene recordar que el Tribunal Supremo de Florida se pronunció contra la condena da muerte por «la ausencia de pruebas físicas que conecte a Ibar con el triple asesinato». En este sentido, recordó que el ADN del joven de origen vasco no fue hallado en la camiseta que utilizó el autor de las muertes para cubrirse el rostro.

En el nuevo juicio, que todavía no se sabe cuándo comenzará, se pondrá de manifesto la falta de pruebas contra Ibar y, seguramente, se podrá escuchar el relato de Tanya Quiñones, la joven con la que Pablo estaba cuando se cometió el crimen de Miramar. Se da la circunstancia de que Tanya contrajo matrimonio años después con Pablo Ibar. Ella, al igual que el resto de sus allegados, han sido un apoyo vital para el preso, que siempre se ha declarado inocente. Ahora podrá volver a defender su inocencia ante un tribunal.