Una multitud exige en Donostia que la prioridad sea ante todo la salud
Los adultos se vistieron de negro porque están preocupados por los efectos dañinos que pueda tener la incineradora de Zubieta. Lo niños, en cambio, fueron de blanco representando el futuro, la esperanza y la inocencia. Pretenden que se inicie un debate para pasar de la situación de «disputa» actual a un escenario de acuerdo.
La movilización convocada por la asociación GuraSOS en contra de la incineradora partió entre aplausos del túnel del barrio donostiarra del Antiguo y terminaron en Alderdi Eder, frente al ayuntamiento. Para cuando la cabeza de la marcha llegaba a su destino, la cola comenzaba a sobrepasar la Perla. Miles de personas llenaron el paseo de la Concha para pedir que se den pasos a favor de la salud, sobre todo de los niños.
La mayoría de los manifestantes eran adultos, por lo que el color negro elegido para ellos predominaba. Con este color querían representar a la preocupación que tienen por las consecuencias que podría tener la incineradora que los actuales mandatarios guipuzcoanos quieren construir en Zubieta. También la agría confrontación que existe actualmente respecto a la gestión de residuos.
Reservaron el color blanco para los niños, que destacaban entre los mayores. Su color representa «el futuro, la esperanza y la inocencia». Además, portaban pañuelos rojos para usarlos a modo de mascarilla.
Las familias avanzaban en grupos por la acera y prácticamente hasta el final del recorrido se les fue sumando gente. «¿Había que venir de negro?», preguntó una mujer con intención de participar en la protesta casi al final de la marcha. Se unió al las miles de personas que venían tras la pancarta. Al fin y al cabo no era la única que no cumplía con el «uniforme». Daba igual, todos sumaban.
Al final de la marcha, en lugar de realizar un acto habitual, optaron por la performance. Una madre y un padre hablaron a su pequeña, Irene, y le explicaron por qué estaba toda esa gente en Donostia. «¿Te acuerdas cuando hace un mes estuvimos hablando de la incineradora que quieren construir al lado del campo de futbol donde entrena la Real? ¿Y que yo te di mi palabra de que haría todo lo que pudiera para defender tu salud? ¿Te acuerdas cómo te dije que me juntaría con más padres y madres, abuelos y abuelas, y demás familiares para que todos juntos trabajáramos para que desapareciera el riesgo de la incineradora?», comenzaron.
Contaron que hace un mes estuvieron en Orona Ideo (Hernani) en una jornada de ciencia en la que conocieron a Fernando Palacios, un científico del CSIC; que les dijo que «hay razones fundadas para pensar que la incineradora es perjudicial para la salud». Sin embargo, lamentaron que a esa jornada no acudiera ningún representante de sanidad local.
Aun así consideraron que el trabajo realizado ha dado sus frutos, y prueba de ello fue el éxito de la marcha convocada ayer. Su objetivo es lograr que se ponga la salud «por delante de todos los intereses», y sobre todo proteger a los niños; subrayaron que hay 69.000 niños en el perímetro de la incineradora que podrían estar en riesgo.
Continuaron agradeciendo los apoyos de las personas conocidas que han apoyado públicamente la iniciativa mencionando solo algunos nombres: «¿Sabes quiénes nos van a ayudar? el futbolista Imanol Agirretxe y el ciclista Haimar Zubeldia, que tanto admiras. El remero favorito de tu abuelo, Jose Luis Korta. El pelotari preferido de tu ama, Aimar Olaizola. El músico que le gusta a tu hermano, Diego Vasallo de Duncan Dhu; el hombre del tiempo que la abuela suele escuchar en la radio, Pello Zabala. Jose Luis Zumeta, el pintor del que tanto habla nuestro vecino...»
Sentarse y hablar
Los padres explicaron a la niña en qué consiste una incineradora: «las chimeneas que tu conoces, como las de la casa del abuelo y la abuela, son las que echan ese humo gris por quemar madera para encender fuego. Pero la chimenea que quieren construir tiene un horno diferente; quemarán de todo ahí, por ejemplo, plásticos, pintura... los expertos dicen que los humos que salgan de ahí pueden ser malos para la salud», explicaron a la menor.
Además, el padre y la madre agradecieron que cada vez son más los que están en contra de la incineradora. «Lo que me ha sorprendido positivamente es ver aquí a nuestros vecinos de enfrente o a los abuelos de tu compañero de clase, que nunca participan en actos públicos».
El objetivo de GuraSOS es que las autoridades «ofrezcan información veraz y que socialicen el debate». Piden que permitan a la ciudadanía participar para poder llegar a un acuerdo donde la prioridad sea la salud. Quieren «que se sienten, opinen, contrasten la información, debatan...». «Ama y aita muchas veces también pensamos diferente –continuaron dirigiéndose a Irene–. Muchas veces nos enfadamos, es verdad, pero nos sentamos en la cocina y hablamos, y hablando arreglamos las cosas. Aunque pensemos diferente siempre, aunque a veces nos cueste un poquito, nos ponemos de acuerdo», pusieron como ejemplo.
Con todo ello, quieren que «antes de que sea demasiado tarde» los políticos replanteen su decisión «basándose en los principios de protección y prevención». Para terminar, el padre se volvió a dirigir a la niña: «entre todos lo vamos a conseguir. Los más difícil ya lo hemos hecho. Ya sabes cómo es tu ama, erre que erre, no vamos a rendirnos hasta que tengamos la información y haya el debate tranquilo y profundo que necesitamos. Estamos seguros de que cuando tengamos toda la información nadie querrá poneros en peligro». La madre dijo entonces lo que todos los asistentes estaban pensando: «¿incineradora? va a ser que no».
Cuando Irene agradeció a los asistentes su participación otros niños subieron al escenario y formaron la frase «Gure osasuna arriskuan? ez!». Además de la performance, a lo largo de todo el recorrido se pudo escuchar el manifiesto de GuraSOS en cinco idiomas. Este manifiesto, que ya lleva 11.000 firmas, puede firmarse en su página web, www.gurasos.org. También dispusieron una mesa al final de la manifestación para que quien quisiera diera su apoyo, si no lo había hecho ya.
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