Owen Jones publicó hace un par de años “The Establishment”, un libro que desnuda los nodos de poder y muestra con detalle la relación entre aquellos que lo detentan. Es un trabajo prolijo, a veces sobrecogedor, de obligada lectura para quienes se dedican a la política, al periodismo o para cualquiera que tenga la mente inquieta, y que pese a centrarse en Gran Bretaña creo que sirve para conocer cómo funciona el sistema.

También en nuestro país. Porque, por ejemplo, más allá del origen y de sus fines declarados, a partidos como PNV, PSE y PP les une mucho más de lo que les separa. Su posición en temas como Kutxabank, el TAV, la incineradora, etc., su obsequiosidad con la patronal, su chalaneo con determinados grupos mediáticos, definen a unos partidos cuyo objetivo principal es mantener el statu quo. Nafarroa merece lectura aparte, porque lo que había antes era, más que Establishment, puro régimen, con todas las connotaciones del término. Pero intentarán que las aguas vuelvan pronto al mismo cauce.

¿Estamos jodidos entonces? No necesariamente. El sistema no es omnipotente. El Brexit, mal negocio para la élite británica y europea, es ejemplo de que no son capaces de controlarlo todo, y de que hay mucho hartazgo y enfado. Hasta ahora ha sido la derecha extrema y populista la que ha capitalizado ese hastío, en gran medida por los errores de la izquierda «real», más conservadora que los propios conservadores, pero hay muchísimas personas que anhelan una alternativa. A ellas hay que darles respuesta y demostrarles que si en otros lugares todavía no han podido, aquí, ya mismo, sí se puede.