Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Gana como quieras, pero gana

El United de Mourinho presenta sus credenciales a la espera de Pogba, mientras se aleja la idea de ver a E.T. en Picadilly Circus.

«Los que descubrieron que jugando mal se gana y jugando bien se pierde, sellaron el epílogo de todos los registros de patentes, marcas e inventos. El ingenio humano quedó agotado en ese esfuerzo mental»

Dante Panzieri, periodista

Joe Fagan estuvo vinculado al Liverpool como técnico durante más de dos décadas. Cuentan que fue grande por hacerlo sencillo, como da fe de ello Michael Robinson, hoy metido a comentarista televisivo, que recuerda cuando fichó por los Reds y preguntó al entrenador cómo tenía que jugar. Fagan le dijo: «¿Cómo debes jugar? ¿No sabes cómo debes jugar? Si no sabes cómo debes jugar estamos tirando el dinero contigo». El luego ariete de Osasuna aclaró que se refería al sistema de juego, a lo que Fagan replicó: «Ah, el sistema… escucha Michael, siempre ponemos 11 jugadores en el campo para no partir en desventaja y entonces en el medio campo lo que hacemos es pasar la pelota a los de rojo y tú ahí arriba si puedes marcar gol sería genial pero si no puedes dásela a otro de rojo para que lo haga. En defensa vamos a partirnos la cara para que no nos hagan gol. Si podemos hacer esto normalmente vamos a ganar. ¿Entiendes el sistema?». Robinson, perplejo, asintió y repreguntó si había algo más. Fagan, se supone le miró, quién sabe si más incrédulo que el propio futbolista, y añadió: «¿Pero es que hay algo más en el fútbol?»

El United de José Mourinho es el primer líder de la Premier. El luso lo tiene claro, como lo resumió en las fechas previas a que el balón echara a rodar: «Jugar bien es anotar más goles que el rival y recibir menos goles que el rival, que tus fans estén orgullosos de su equipo». Seguro que haría buenas migas con Fagan. La temporada es crucial para los de Old Trafford. Acumulan ya tres años sin ganar el entorchado y jamás encadenaron cuatro sin hacerlo. Así que el club se ha plantado, ha fichado cual zahorí al portugués y ha puesto la primera piedra para acabar con la sequía. «Soy el entrenador del Manchester United y con todo el respeto a todos los clubes, soy el entrenador del equipo más grande en Inglaterra». The Special One.

En el estadio más pequeño de la Premier, apenas 11.500 espectadores, –«tenemos una grada que es más grande que vuestro campo», cantaban los fans devils–, su primer once fue ilusionante: De Gea, Valencia, Bailly, Blind, Shaw; Fellaini, Herrera; Mata, Rooney, Martial; Ibrahimovic. No solo eso, sino que el equipo firmó la actuación más solvente de esta primera jornada, 1-3 en casa de un muy inocente Bournemouth.

Mata, Rooney e Ibrahimovic marcaron, con lo que el sueco cumple su ritual de anotar cada vez que debuta en un campeonato. Fue el icono mediático que el United esperaba, el flotador al que volver a asirse tras años a la deriva. Y este viernes, el Teatro de los Sueños puede presenciar el regreso del hijo pródigo, el francés Paul Pogba, el jugador más caro de la historia, que en su Instagram personal puso «este chico desea ser famoso, quiere hacerse una foto conmigo» en un guiño bromista a Ibrahimovic, a lo que el sueco contragolpeó con un «quien te hace famoso soy yo». Vaya dos.

Rainieri y los 40 puntos

Solvente United en su puesta de largo, Claudio Ranieri, quien otrora tuviera sus más y sus menos con el técnico luso, ya dejó claro que «la Premier es un sitio mucho mejor con Mourinho en ella». De momento, su Leicester le ha cedido el liderato que ocupó hasta la última fecha de la pasada campaña, porque ha sido el primer vigente campeón que cae derrotado en el debut del siguiente curso. Los Foxes, sin la fortuna cara a gol que les acompañó en la consecución del título, besaron la hierba en casa de un recién ascendido y correoso Hull City con un técnico interino y apenas una docena de hombres en la plantilla. «Que el Leicester ganase la Premier no fue normal. Y será más difícil este año. Es más fácil que aparezca E.T en Picadilly Circus», avisó el italiano estos días. Cauto, entre las sonrisas de los periodistas, sentencio muy en serio que el objetivo son «40 puntos... no os riáis», los mismos que se marcó hace un año cuando no contaban para nadie, y terminaron sumando 39 en la primera vuelta.

Mourinho sabe de lo que habla Ranieri. Guardiola lo acaba de saber. «Me doy cuenta de lo complicada que es la Premier League. Aquí no estás a salvo hasta que el árbitro pita el final y te dice que te vayas a casa», reconoció tras el agónico 2-1 con el que se estrenó en casa ante un Sunderland que dio la cara. Los Citizens ganaron con un gol de penalti, Kun Agüero, y otro en propia meta. Partido aburrido, sin chispa, pero donde el catalán dispuso sobre el tablero su propuesta de juego, los presumibles laterales, Sagna y Clichy, cerrados hacia adentro en la medular, y los extremos muy abiertos. Cuestionado por la posición de ambos como interiores, el de Santpedor respondió: «¿Por qué no van a saber jugar ahí? ¡No son niños!». Siguiente parada, el Stoke, con Willy Caballero de nuevo en portería a la espera de la que se concrete la llegada del chileno Claudio Bravo, y Joe Hurt, el de los anuncios anticaspa y su nulo juego con los pies, con las horas contadas en el Etihad. Como el marfileño Yayá Touré –aunque a ver quién paga su desborbitada ficha– o el ‘princesito’ Samir Nasri.

El City tiene mucho trabajo por delante, lo mismo que el Chelsea, que ganó también 2-1, con gol salvador en el 89, lo que provocó que el nuevo técnico Antonio Conte corriera desbocado de alegría por la banda al más puro estilo Jurgen Klopp. «El fútbol es un deporte y en el deporte hay batalla y en la batalla hay que ser superior. El lema del barón De Coubertin –lo importante es participar– no es para mí. Soy una persona muy competitiva, no hago las cosas por hacerlas», es la máxima del italiano. El gol in extremis fue de Diego Costa, al que el colegiado había perdonado antes la segunda amarilla. Mucho que mejorar los Blues, de momento Conte ha prohibido a sus jugadores el ketchup y la pizza.

Heavy metal en el Emirates

Lo que estaba desterrado en el Emirates Stadium era el aburrimiento. Lo dijo Jurgen Klopp al al arribar a las Islas: «Lo amo. Él es Sir Arsene Wenger. Pero a él le gusta tener la pelota, jugar al fútbol, los pases… es como una orquesta», confesaba el técnico alemán mientras hacía un gesto como si estuviera tocando un violín, y continuó: «Pero es una melodía silenciosa. Me gusta más el heavy metal», matizaba el hombre llamado a acabar con la sequía de títulos Reds desde nada menos que 1990.

Así las cosas, este Arsenal-Liverpool invitaba a puro fútbol Premier y fueron fieles a las expectativas, 3-4 para los visitantes que ganaban 1-4, y a Arsene Wenger, que sigue sin tirar de talonario para reflotar ilusiones como se ha visto obligado a hacer el United, se le acaba el tiempo. Su contrato expira esta temporada. ¿Fin de un ciclo? El que comienza uno es Aitor Karanka y su Middlesbrough, que empató en casa con gol de Negredo.

Tras el cuento de Cenicienta del Leicester, los clubes ingleses han vuelto a tirar la casa por la ventana. Como Mourinho, líder... también en fichajes. En sus 12 años como técnico lleva gastados 1.000 millones de euros. ¿Y, al final, para qué? Para como decía el legendario Sir Matt Busby, «en cuanto podáis, dadle el balón a George Best». Fácil.