Dinamarca se hace doblemente grande
El equipo nórdico logra su primer título olímpico al derrotar con solvencia en la final a la gran dominadora mundial de la última década.
DINAMARCA 28
FRANCIA 26
Hay muchas formas de entrar en la historia pero pocas tan afortunadas como la que eligió ayer Dinamarca. El conjunto nórdico no solo celebró su primer oro olímpico, sino que además lo hizo a costa del gran dominador del balonmano mundial en la última década.
Es la primera final que pierde esta generación ya mítica, ganadora en las otras ocho que ha disputado en los diez últimos años y que le han dado dos títulos olímpicos, tres Mundiales y tres Europeos. Tras haber visto escapar también su corona continental el pasado enero, dentro de apenas cinco meses confirmará si el cambio de ciclo es irreversible, en el Campeonato del Mundo en el que los galos ejercerán de anfitriones.
Volverán a ser favoritos. Como lo eran ayer, tras un buen camino a la final, en el que ya se habían impuesto a la propia Dinamarca en la fase de grupos. Pero el equipo de Gudmunsson se supo ayer ante la oportunidad de su vida y no la desperdició. Con una defensa ante la que los galos no encontraron soluciones, guiado por su principal estrella Mikkel Hansen y pese a alguna sorprendente decisión táctica de su entrenador, la selección nórdica solo marchó a contrapié en algunos tramos del primer tiempo.
Un 5-1 le permitió llegar al descanso con una ventaja de dos goles, que llegó a ser de cinco en la reanudación, ante una Francia que por momentos fue la imagen de la impotencia. Aún así, los de Onesta revivieron para reducir la ventaja a uno, con un gol de Nikola Karabatic a tres minutos del final. Pero una pérdida de balón y una falta del propio central del PSG en las dos últimas acciones ofensivas del partido dejaron el oro en manos de Dinamarca.