Arnaitz GORRITI
BALONCESTO

Estados Unidos vuelve a pasar a Serbia por el rodillo

Con un Durant espectacular, los norteamericanos rompían la final con un parcial de 14-33 en el segundo cuarto. Se repitió la historia del Mundial de 2014.

SERBIA 66

ESTADOS UNIDOS 96


Con la presencia del bilbaino Juan Carlos García González en el trío arbitral, Serbia y Estados Unidos reeditaban la finalísima del pasado Mundial de 2014. En aquella ocasión, en Madrid, los dirigidos por Mike Krzyzeski apabullaron al seleccionado plavi por un 129-92 inapelable, con Kyrie Irving como MVP.

Ayer, en el Arena Carioca 1 de Río de Janeiro, la selección de las barras y las estrellas volvió a repetir la historia: 66-96, cimentando su oro en la descollante actuación de Kevin Durant y un gran segundo cuarto de 14-33 para los norteamericanos.

El de ayer fue, por otro lado, el último partido de Mike Krzyzeski al frente de la selección estadounidense. Coach K, legendario preparador de los Blue Devils de Duke, tendrá otro sustituto de campanillas en el banquillo: nada menos que el gran Gregg Popovich. El técnico de los Spurs recibirá el cargo y el deber de defender la condición de «todocampeona» que los Estados Unidos mantienen desde el oro de Beijing 2008.

La concentración dura un cuarto

Hasta el 14-12, Serbia llevó la iniciativa en el primer cuarto. Teodosic mandaba y sus compañeros jugaban a su son, mientras que Estados Unidos aguantaba ante todo debido al rebote ofensivo. Nada que los de Krzyzeski no pudieran controlar, pero que hacía torcer el morro a Coach K.

Pero en estas las rotaciones no aguantaron el mismo ritmo, sobre todo un Bogdan Bogdanovic sobre el que descansa la segunda unidad. Las rotaciones norteamericanas, por su parte, elevaron las prestaciones defensivas –no se echó de menos a Kyrie Irving–, y tras un breve respiro, Kevin Durant entró para marcar la diferencia.

Ya anteriormente, pese a los fallos en los tiros libres, Paul George lograba contener a Teodosic y las pérdidas empezaban a acumularse entre los plavi. Y solo faltó que Durantula entrara en erupción. Triples, mates tras robo, penetraciones... Estados Unidos se iba por más de 10 puntos. Sasha Djordjevic pedía tiempo... y los Estados Unidos se iban de 20, 25-45, con DeMarcus Cousins dominando la zona y Durant machacando a placer.

Como en la final femenina, todo decidido al descanso: 29-52, con 24 tantos de Durant.

Los restantes 20 minutos estuvieron a beneficio de inventario. Serbia se vio incapaz de anotar con fluidez, mientras el solaz estadounidense llegó a parranda, con jugadas para el lucimiento de DeRozan, que hizo las delicias de los espectadores del Arena Carioca 1 con un par de mates de concurso. El tercer parcial se iba al 14-27, 43-79, y Kevin Durant tardaba poco más en descansar, con 30 puntos en su zurrón. El rodillo estadounidense superó la cuarentena para terminar con el show, con minutos para Draymond Green y Harrison Barnes. Al final, Serbia logró maquillar el marcador. Y vaya, que se llevaron la plata, que no todos lo pueden decir.

Bronce agónico para España

Horas antes de la finalísima, Australia y España dirimían un duelo por el bronce con aires de amargura y en el que los de Scariolo ganaban por un agónico 88-89, tras dos tiros libres de Sergio Rodríguez a 5,4 segundos.

Los hispanos llevaron la iniciativa de buen inicio, hasta adelantarse 28-40. Pero el aumento de la intensidad defensiva australiana, el rebote de ataque y los puntos de Mills y Andersen llevaban el duelo al receso con un 38-40 para los de Scariolo.

Pese a la eliminación de Bogut, los boomers siguieron haciendo daño con el rebote, y con los puntos de Mills –30, por 31 de Pau Gasol–, Broekhoff –15– y Motum –12– devolvían mínimas ventajas a sus intereses. Un gancho de Aaron Baynes establecía el 88-87 a 9 segundos del final.

En España, aparte de Gasol, Sergio Rodríguez se vistió de héroe. El «Chacho» anotó sus 11 puntos en el último cuarto, entre ellos los tiros libres del triunfo tras forzarle la falta a Mills. En el último ataque oceánico, los españoles cortaron el balón y se aseguraron el bronce.