Martin Garitano
Periodista
IKUSMIRA

Será fascinante

En estos días agónicos del mes agosto, cuando se abre a pasos agigantados la posibilidad de un remake electoral en el Reino de España, casi todo el mundo pone el grito en el cielo y los políticos hispanos se señalan los unos a los otros con dedo acusador, a servidor le entra la tentación de buscar los aspectos positivos de una ocasión que hará historia.

Y es que Rajoy, mientras bracea como un poseído en sus paseos matutinos, nos sirve la posibilidad de protagonizar la mayor charlotada conocida; y Pedro Sánchez, en plan musculitos playero homenajea a Alfredo Landa, nos ha servido la fotografía real de un régimen nacido de la mismísima corrupción y que no termina de despegar del No-Do en blanco y negro.

Porque será enternecedor votar el día de Navidad. Por lo menos será diferent, que diría Fraga. Y si me apuran, hasta un gesto de laicismo.

Me fascina la imagen kistch de presidentes de mesa electoral vestidos de Papá Nöel. Y las virulentas discusiones políticas que adivino en la cena de la víspera, cuando alguno –siempre hay alguno– se acerca a la mesa con un trago de más. Rajoy ha demostrado ser, además de un buen administrador de la holganza, un provocador con sentido del humor. No es gran cosa pero enfrente tiene a la sombra de nadie. Y entre unos y otros van a hacer un ridículo grande como un abeto navideño.

Y, así las cosas, pienso si no será mejor irnos ya de este Reino de cartón piedra. Y dejarles que hagan el ridículo ellos en su navideña intimidad. Y si hay que votar, votaremos. Pero que nos permitan hacerlo desde el censo de extranjeros. Que, en realidad, es a lo que servidor aspira.