«No andamos con prisas, ¡el problema es que no andamos!»
Hasta a un torbellino de energía como Maddalen Iriarte le sorprende el ritmo de campaña. Las apreturas de la agenda obligan a mover la cita cinco veces, pero al final encuentra hueco una tarde en Ordizia. En la calle queda claro su tirón. Explica que ahí halla de todo: «Gente que viene a besarte, reír, llorar, dar gracias... Yo les digo que esto ya lo han hecho muchos otros antes».
¿Por qué ha decidido Maddalen Iriarte entrar en política? ¿Por preocupación o por ilusión?
Por las dos cosas a la vez. Siento que Euskal Herria está en un momento histórico en que personas que estamos en otros ámbitos profesionales podíamos dar un impulso a este proyecto. Pero también entro con mucha ilusión y con ganas de contagiarla. Mezclando las dos cosas sale la decisión de dar este paso.
¿Su aportación da más amplitud a EH Bildu?
Pienso que sí, aunque la coalición ya era amplia antes. Y creo además que las nuevas formas de hacer política requieren de gente que viene de otras profesiones, que ha visto la política desde otro sitio, que puede traer nuevas ideas... Me han acogido con generosidad, me están ayudando mucho, y además tengo que decir que me lo estoy pasando muy bien.
Ha contado que en su día votó a Juan José Ibarretxe. De ahí a EH Bildu en 10-15 años, ¿hay una evolución personal o cree que es el país el que ha cambiado?
La izquierda soberanista siempre ha dado un empujón a este país cuando ha hecho falta. Lo vimos el año pasado en Gasteiz, cuando Miren Larrion, siendo segunda, por el bien de su ciudad y de toda Euskal Herria dejó gobernar al PNV, o cuando EH Bildu en Nafarroa ha impulsado el Gobierno del cambio sin pedir nada. Yo entonces sentí que había que impulsar aquel proyecto. Pero al contarlo no quería reivindicar algo personal, sino reflejar cómo actúa la izquierda soberanista en este país.
El tren escocés pasó, el catalán puede irse también, pero Joseba Egibar reprocha a EH Bildu «andar ahora con prisas»...
No andamos con prisas, ¡el problema es que no andamos! Y hay que empezar. EH Bildu sabe muy bien que un proceso independentista no se hace en un día. Antes de las instituciones actuales, este país ya logró encender los motores de este pueblo desde la euskalgintza, las ikastolas, las cooperativas, el movimiento obrero... Luego con las instituciones se han mantenido encendidos, y ahora es momento de meter la primera marcha y echar a andar. Ya nos dirá el propio coche cuando hay que pasar a segunda, tercera... Sabemos que si ahora metes sexta, se va a calar, pero empecemos poco a poco, a andar, a hablar... El PNV sabe además que estamos dispuestos a acompañarles en un viaje que no acabamos de ver, pero ante el que les decimos ‘vamos a consensuar también el paso a dar al día siguiente’.
Las expectativas hace cuatro años eran enormes, pero la legislatura ha pasado en balde...
Hay que analizarlo globalmente. Ha pasado en balde pero estábamos en una fase de transformación tanto la ciudadanía como la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi estaba en la cárcel, el PNV ha mantenido una apuesta de bilateralidad con un Gobierno español que era una pared... Se han dado una serie de circunstancias sumadas que han hecho imposible avanzar.
¿Urkullu se cree realmente un acuerdo con Madrid, otra mayoría allí...? ¿O es una excusa?
Pues quiero creer que se lo cree realmente. Lo que ocurre es que yo no me lo puedo creer, porque la terca realidad así lo enseña. Acabamos de oír al ministro Margallo explicar claro qué es lo importante para España. Madrid no va a aceptar una vía bilateral. Pero lo reiteramos: la izquierda soberanista estará a la altura de los pasos que se den.
En materia social, estamos oyendo en esta campaña desde discursos de que este país se hunde hasta quienes lo pintan como un paraíso en el que se vive muy bien...
En Euskal Herria algunos sí viven muy bien, otros demasiado bien y otros muy mal, fatal. Estos días ando por toda Gipuzkoa y aquí tenemos unas 30.000 personas en el umbral de pobreza extrema. Es cierto que somos alegres, salimos, bebemos, comemos... pero cuando toca ponernos en el espejo ahí aparece también toda esa realidad. Y haciendo algo de memoria, Patxi López bajó un 7% la RGI e Iñigo Urkullu no la ha tocado. Ahí podemos hacer muchas cosas, también subir las pensiones mínimas a 1.080 euros, o el sueldo que planteamos para niños y adolescentes que se dirige a familias jóvenes y monoparentales porque son las que más están sufriendo... Y no podemos dejar de hablar de Osakidetza y de educación...
¿Qué proponen?
Es que oímos mucho que el Gobierno Vasco destina hasta el 70% a gasto social, pero no es a esto, claro. En Osakidetza y educación ha habido grandes recortes, y los profesionales han mantenido el sistema contra viento y marea, porque los médicos no dejan a un enfermo sin atender. Tenemos que volver a las tasas de antes. Euskal Herria está envejeciendo, un médico suele tener diez minutos para atender a un paciente y una persona joven se quita la camiseta en dos segundos pero una persona de 80 años igual necesita un minuto. Y muy importante: los cuidados, que habitualmente han estado en manos de las mujeres, no retribuidos... tienen que elevarse a la categoría de política pública. Eso es justicia social. Y para todo esto necesitamos soberanía, porque nos faltan instrumentos para lograrlo. No podemos llevar a este país al lugar que le corresponde en Europa cuando nos prohíben hasta las decisiones que toman nuestros parlamentos, cuando deciden hasta a qué hora entran los funcionarios a trabajar... Necesitamos un Estado. Tenerlo no debe ser tan malo cuando ningún Estado ha renunciado a serlo.
Es en Gipuzkoa donde EH Bildu tiene más fuerza, pero con notables altibajos estos años. ¿Por qué cree que la gente se aleja y acerca sucesivamente tan fácil de esta opción?
La propia EH Bildu ha hecho autocrítica, destacando que ha trabajado siempre por el pueblo pero quizás sin escuchar siempre al pueblo. Puede ser por eso, también porque ha aparecido otra fuerza política y ha hecho pensar que en España podían cambiar las cosas, aunque ahora los veo en una cierta depresión... Tenemos que tener en cuenta todo eso, y me parece importante también entender que el mundo no se acaba el 25 de setiembre, que el nuestro es un proyecto que empieza ahora, que mejorará pronto y que está pensado para durar. Vamos a meterle primera al coche con tranquilidad, no sexta, lo vamos a hacer con el pueblo, y a quienes dicen que nuestro proyecto divide les mostraremos que están muy equivocados porque haremos todo con mayorías democráticas.
«Agian gutako bakoitzak hitz bat kentzen badu bere ohiko berbategitik, hitz bat bakarrik, aurrera egingo dugu»
Nola ulertzen duzu azken lau urteotan Legebiltzarrean bakegintzari buruzko lantalde bat bera ere abiatu ez izana?
Ba, zergatia kanpainan ikusten ari naiz: hitzetan katramilatzen gara. Hitzetan eta inora eramaten ez gaituzten eskaeretan. Goazen hitzak eta katramilak alde batera uztera! Segur aski bidea abiatzen denean hitz horiek esateko gai izango direlako eta garelako, seguru zerbait eskatu izan diegunek beste jarrera bat erakutsiko dutela, seguru beraiek eskatu diguten horretan ere guk beste jarrera bat izango dugula... Arantza Quirogaren 24 orduko ahalegin hura etortzen zait burura: hitz bat kendu zuen beren berbategitik eta a ze ilusioa sortu zuen horrek gure herrian! Agian gutako bakoitzak hitz bat kentzen badu bere ohiko berbategitik, hitz bat bakarrik, aurrera egingo dugu eta sendatutako eremu bat utziko diegu atzean datozenei.
Gaixorik diren presoen senideekin batzartu zinen. Zer ondorio atera zenuen hortik?
Asko. Baina bereziki aurretik ere banekiena: etxera ekarri behar ditugula berehala, urgentziazkoa dela, eta bide guztiak erabili behar ditugula horretarako.
Euskarari buruzko bideoek astindu dute kanpaina, baina ez al du arazoa nolabait desitxuratu? Izan ere, nahikoa egiten al da euskararen normalizaziorako?
Ez, gehiago egin behar da. Baina oso larria iruditu zait lehenik PSEk eta gero PPk korrika eta presaka, ia era irrigarrian, egin dutena: zatiketa eta gorrotoa garraiatzen dute bideo horiek. Eta gezurrezko datuak erabiltzen dituzte; esaterako, Osakidetzan azken bost urteotan medikuentzako egindako hiru oposizioetan lehen postuetan geratutako lehen hamar pertsonak, hizkuntzaren profila erantsi baino lehen ere, euskaldunak ziren. Gezurra esaten dute. Euskaldunak egunero-egunero diskriminatzen gaituzte.
Indarkeria matxista behingoz akabatzeko, orain arte egin ez den zerbait egin daitekeela uste duzu?
Bai, feminismoa politikaren zentroan jarri. Ez politikatxoak egin, zentroan jarri baizik. Eta arlo guztietan neurriak hartzea da hori: soldatak, kontziliaziorako laguntzak, jaiak... Izan ere, berdintasunaz ahoa betetzen zaion asko ez dut ikusi adibidez aurreko eguneko Alardean... Egoera ezberdinon muturreko agerraldia da biolentzia matxista. ‘‘The Guardian’’ egunkariak lehen orrialdean argitaratu du: Europan bizi garen hiru emakumetik batek bere bizitzan zehar biolentzia matxista edo sexu jazarpen episodio bat jasango du. Izugarria da. Herrialde batek ezin du bere burua demokratikotzat jo horrelako gauzak gertatzen direnean.R.S.