Egoitz García (Atxondo, 1986) acudió el viernes a la presentación en Cuenca del Bolivia continental, con el que espera no tener los problemas de este año en Al Marakeb, donde no pudo competir al negarse el equipo marroquí a tramitar su licencia con el seguro correspondiente con la Federación Española.

Ya le pasó algo parecido con el Andorra Grandvalira en 2009, con el que no llegó a debutar en profesionales, y por eso ante la nueva experiencia trasmite prudencia después de un cambio de planes ya que el viaje que tenían previsto a Bolivia para la presentación no se va a realizar: «Estoy escarmentado y no me lo voy a creer del todo, aunque le veo buena pinta. No sé lo que será, hasta que me vea con el dorsal puesto corriendo las carreras estaré con la duda porque no es la primera vez que me ha pasado. Hasta enero no arranca. Es un equipo continental y el calendario no sabes lo que vas a correr hasta última hora. En principio correremos el calendario español y el americano, pero no hay nada concretado».

El que fuera profesional en Caja Rural (2010-11), Cofidis (2012-14) y Murias (2015) afronta la experiencia del Bolivia tras un año en blanco con «más ganas. He estado entrenándome y he desconectado de las carreras porque sabia que no lo iba a pasar bien. Luego fui a la Vuelta a trabajar con Tissot y es una experiencia que me ha encantado, aunque he tenido días que pasaba envidia y me hubiera gustado estar en la piel del corredor. Se me hacía extraño».

No se plantea el Bolivia como un trampolín para volver a la élite: «A todos nos gustaría estar en una categoría superior corriendo una vuelta grande o en el extranjero, pero no tengo esa mentalidad. Lo único que deseo es que podamos correr, que vuelva a tener el nivel que he demostrado y luego ya se verá si continúo otro año, pero por lo menos que me salga este bien».

Un año para olvidar

Egoitz García espera quitarse así el mal sabor que le ha dejado este año: «Fuimos a Marruecos y desde el principio se veía que no tenían mucha idea de cómo va el ciclismo. Tuvimos un pequeño problema con la licencia que se podía solucionar tramitándola por la Española, pero el equipo no quería. Nos negamos a correr la Vuelta a Argelia porque no teníamos ningún seguro si nos pasaba algo y en marzo me quedé sin equipo y luego durante el año me he ido manteniendo en bici entrenándome porque no tenía otra cosa que hacer y porque quería llegar a agosto y ver si me salía un equipo».

Añade que «tuve contactos con equipos, pero no salió nada porque es difícil cuando estás un año sin correr que se vuelva a confiar en que un corredor pueda llegar a tener un nivel decente. Pero para mí no es un año perdido y me ha venido hasta bien para despejar la cabeza y llegar con más ganas de competir. Se verá en 2017 si me ha beneficiado. Después de la Vuelta contactó conmigo Lale Cubino, estuvimos hablando, llegamos a un acuerdo, hasta el último momento no lo confirmamos y parece que todo va para adelante y, si no hay ninguna cosa rara, correremos el año que viene».

Siete ciclistas y un director vasco

La localidad conquense de Tarancón acogió el viernes una presentación del Bolivia a la que solo acudieron algunos de los integrantes de una estructura que estará liderada por un equipo continental con 16 corredores, con seis bolivianos, dos colombianos, un argentino y un ecuatoriano en el grupo latinoamericano y dos vascos –Egoitz García y Sergio Rodríguez–, Carlos Jiménez, Pedro Gregori, Iván Martínez y el portugués Nuno Meireles en un bloque europeo dirigido por Lale Cubino y el alavés Javier Murgialdai.

Además habrá un equipo amateur con nueve corredores, ninguno vasco, y uno de féminas con 21, de las que cinco son vascas: Gudane Araiz, Ainara Elbusto, Ane Iriarte, Mirari Nazabal y Bakarne González, dirigidas por Héctor Roldán, el uruguayo asentado en Nafarroa, donde ha impulsado el Reyno de Navarra. Aunque se esperaba el debut en diciembre en Costa Rica, el viernes se dijo que será el 24 de enero en Argentina. El bloque europeo tendría seguras ya Lizarra, Zornotza, Castilla León, Ordizia y Getxo. J.I.