Raimundo Fitero
DE REOJO

Futuro

Estamos mirando mucho hacia el futuro, eso que en conductivismo animal se llama zanahoria, y que nos hace entrar en pánico o entretenernos con especulaciones de ciencia-ficción como sufrimos algunas generaciones en las que se nos instaló en el imaginario colectivo que para el año dos mil los coches volarían. Por cierto, para esa fecha milenaria también se iba a terminar el petróleo y en estos dieciséis años de lo que llevamos de siglo se ha duplicado el número de vehículos en el mundo y hay más reservas de crudo que nunca. Alguien nos miente. O todos.

En Europa se va implantar de manera inmediata el 5G y eso influirá directamente en el espectro radioeléctrico y en la TDT. Los directivos de duopolio televisivo, Mediaset y Atresmedia están en alerta porque ahora reivindican la TDT en abierto gratuita porque es una manera de cohesión social y una buena fuente de ingresos para ellos y porque, aseguran las cadenas asociadas a Uteca, televisiones comerciales, tiene cerca del ochenta por ciento de las audiencias. Todo es relativo. Deberemos volver a contar todo despacio, incorporando a los resultados lo que se ve por otras pantallas como son el ordenador, el teléfono y la tablet .

En Las Vegas, en el mercado anual de novedades tecnológicas una marca asiática ha presentado una televisión cuya pantalla tiene la anchura de una tarjeta de crédito. Se supone que eso es para marcar territorio, que es para decirnos que la pueden hacer así de superplana, pero que no lo comercializarán hasta que se haya agotado de manera rentable las cadenas de fabricación de las de led, la curva, la supergigante y todo ese catálogo de aparatos que todavía nos siguen sorprendiendo. Ese será el futuro, un electrodoméstico esencial que abultará menos que un título de corte y confección.