En un artículo de “Alpinist” leo una entrevista con un montañero estadounidense afroamericano, como ahora se les llama en USA a los que antes se les designaba como raza negra. El artículo versa sobre la falta de diversidad racial en las actividades recreacionales de naturaleza, concretamente sobre la ausencia de afroamericanos en el mundo de la montaña. Más allá del tema económico, se habla de la ausencia de modelos de roles, de la no visibilización. Si has crecido en un ambiente familiar en el que nadie hace montaña, si no ves películas ni imágenes, no oyes historias, no ves nada en revistas, periódicos o libros (no te digo nada si en general no lees) en las que aparece gente que te pueda servir de modelo de cara a esta actividad, probablemente tú tampoco la harás. Es un poco lo mismo cuando se habla del empoderamiento (confieso que no me gusta el palabro) de la mujer. Gente como tú, que haga cosas que no se te habían ocurrido. Visibilidad parece ser la figura. Si no hay un afroamericano en la montaña y tú eres uno de ellos, ¿por qué vas a ir si ninguno lo ha hecho? Se habla en la entrevista de 400 soldados de color del 9º y 10º regimiento de caballería yanki, conocidos como los Buffalo Soldiers, que estuvieron estacionados en Yosemite en 1903, llegando a ser esencialmente los primeros rangers de parques nacionales de todo América. Hecho absolutamente desconocido, más bien ocultado en este caso.