Raimundo Fitero
DE REOJO

Obituarios

Uno sufre ataques de mala conciencia al conocer muertes de personas a las que desde este txoko se ha criticado sin tregua. Txetxu Ugalde se ha ido tras sufrir un cáncer y se tarta de uno de esos personajes televisivos que por circunstancias diversas evolucionó en su relación con la televisión, el tiempo, el  deporte a los programas de tarde y últimamente en una televisión local, de noche. Un estilo dicharachero, una suerte de jatorra que intenta quedar siempre bien. Sus programas de tarde en ETB marcaron una época en el canal autonómico. A mi entender ahí empezó la caída sin freno hacia la comercialidad de esa franja horaria en el canal en español. No fue un invento de Txetxu, pero encarnó junto a sus compañeras, especialmente Yolanda Alzola, esa transformación, ese camino hacia lo más banal. Y después no pudo o no supo o no quiso apartarse del mismo.

Ha coincidido la noticia de esta desaparición con la de un pionero de la radio y la televisión: José Luis Barcelona. Con ochenta y cuatro años se ha ido el que inauguró las retransmisiones de TVE en Catalunya en mil novecientos cincuenta y nueve y conductor de un programa muy especial y muy difícil de explicar su formato: “Reina por un día” que presentó durante dos años junto a Mario Cabré y le dio popularidad estatal. Pregunten a los mayores de cincuenta años y les contarán cosas de este programa. Y quizás nadie recuerde a su conductor, un hombre menudo con gafas, con una perfecta dicción y una voz templada en la radio. Pasó de informativos, a programas de entretenimiento, condujo festivales, concursos y espacios de búsqueda de talentos como “Salto a la fama” o un programa río de carácter biográfico llamado “Ésta es su vida”. Mirando su hoja de servicios se comprueba que hizo de todo y por primera vez en la televisión de entonces.