En cuanto te despistas acabas viendo a los mismos en las mismas situaciones. Por ejemplo a Ana Pastor con cara de haberse comido un langostino pasado fajándose mentira a mentira con Esperanza Aguirre. Eso de “El objetivo” es una suerte de espectáculo agrio. Es Ella, la esposa de Antonio García Ferreras como de manera maliciosa señalaba la exlideresa del partido de la corrupción en Madrid,  quien intenta constantemente ser el eje de todo y eso despista. Es que siempre llega al mismo lugar.

Pasa algo parecido con Cristina Pedroche a la que le han dado un programa de entretenimiento que conduce ella sola. No ha empezado bien. Le va a costar remontar. No valen las transparencias, hace falta bastante más para que funcione “Tú sí que sí”, un concurso de talentos. Oportunidades de artistas de variedades, un jurado supuestamente divertido, una presentadora dicharachera, pero es insuficiente porque la fórmula está algo así como saturada, aunque puedan encontrarse números de cierta entidad. Es decir que uno se entretiene mirando su correo y ya está Pedroche en otro sarao, programa, pasarela o entrevista.

Se despide Barak Obama emocionado al señalar a su espléndida señora como su mejor amiga. Ha sido una magnífica primera dama. Pero cada vez que vemos un acto de adiós se nos viene a la cabeza la pesadilla de que le sustituirá Donald Trump que en el primer despiste toma los informativos por activa o por pasiva. Lo último que nos entretiene es que los servicios secretos rusos están presionando o chantajeando al presidente electo debido a unas imágenes de una estancia en un hotel con prostitutas hace unos años durante la celebración de un concurso de miss mundo que organiza. ¿Hay tema serio en estas filtraciones o se trata de una guerra sucia interna para desgastar a este personaje anaranjado?