GARA
washington
TRUMP LLEGA A LA CASA BLANCA

Trump saca a EEUU del TPP en su primer día en el Despacho Oval

Donald Trump no pierde el tiempo y, cumpliendo sus promesas electorales, ayer echó por tierra otra de las piezas clave de la era Obama al firmar, en su primer día en el Despacho Oval, el decreto que retira a EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Anunció, además, una bajada «masiva» de impuestos.

El presidente de EEUU, Donald Trump, cumplió ayer una de sus promesas y firmó una orden para retirar al país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), pieza clave del legado comercial y en Asia-Pacífico de su antecesor, Barack Obama, junto con otras dos contra el aborto y para congelar la contratación de funcionarios.

Después de que el viernes diera su primer paso para derogar la reforma sanitaria, conocida como Obamacare, ayer prometió, tras una reunión con líderes empresariales, una bajada «masiva» de impuestos –«tanto para la clase media como para las empresas»– y la reducción del 75% en las regulaciones, en su camino hacia el desmantelamiento del estado del bienestar.

La firma de decretos, incluyendo el que determina la salida del TPP, que durante la campaña electoral Trump calificó de «asesino de empleos», fue la primera actividad del presidente esta semana en el Despacho Oval.

El TPP fue impulsado por su antecesor, Barack Obama, con el objetivo de formar la mayor zona de libre comercio del mundo. «Hemos hablado mucho de esto durante mucho tiempo», dijo Trump mientras firmaba la orden ejecutiva. «Lo que acabamos de hacer es una gran cosa para los trabajadores estadounidenses», añadió.

El tratado, concebido como contrapeso a la influencia creciente de China, fue firmado en 2015 tras cinco años de negociación, por 12 países de la región Asia-Pacífico, pero no había sido ratificado por el Congreso y no había entrado en vigor. Los países signatarios, que representan casi el 40% de la economía mundial, son Australia, Brunéi, Canadá, Chile, EEUU, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

La Administración Obama consideraba el TPP el mejor tratado posible porque incluye no solo la eliminación de barreras comerciales, sino también normas sobre legislación laboral, ambiente, propiedad intelectual y compras estatales.

Rastro de desempleo

Durante toda la campaña, Trump afirmó que los acuerdos comerciales firmados por EEUU habían provocado una salida de industrias hacia otros países, dejando un rastro de desempleo en el interior del país.

En sintonía con esa visión, ya adelantó que pretende conversar con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto –al que recibirá el 31 de enero– una «renegociación» de las bases del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan o Nafta), firmado hace 20 años, porque lo considera desventajoso para EEUU.

La salida de EEUU del TPP, sin embargo, puede tener enorme impacto para el ambicioso proyecto comercial. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ferviente defensor del tratado, admitió a finales de 2016 que, sin EEUU, el TPP «no tendría sentido».

Peña Nieto, por su parte, anunció ayer que está dispuesto a buscar acuerdos con los demás signatarios del acuerdo a fin de mantener vivo el TPP.

En el plano interno, surgieron las primeras discrepancias entre Trump y los líderes republicanos en el Congreso. El influyente senador John McCain emitió una dura nota donde apuntó que la salida del TPP era «un serio error que tendrá consecuencias a largo plazo para la economía estadounidense y nuestro papel estratégico en la región de Asia y el Pacífico».

De esa forma, se tornó evidente que el comercio internacional será un área donde el Gobierno promoverá sensibles cambios.

Ataque al derecho al aborto

Además, Trump firmó otros dos decretos: uno que determina la congelación de nuevas contrataciones en el ámbito federal, y otro que recorta la ayuda financiera a grupos que practiquen o asesoren sobre el aborto en el extranjero, política republicana que data de la década de 1980 y que Obama había cancelado.

El freno a las contrataciones en agencias federales también formaba parte de las propuestas de campaña e incluso era una de las ideas de un paquete de seis iniciativas para «limpiar la corrupción» en Washington.

Mientras firmaba este decreto, Trump comentó ante la prensa que la medida no afecta al sector militar. Durante la campaña electoral, había sugerido que las áreas de salud y seguridad también quedarían libres de ese congelamiento.

En cuanto a la medida relacionada con el aborto, que para muchos supone una agresión a la salud de las mujeres, Trump, que hace unos años defendía el derecho de las mujeres a decidir sobre su embarazo, adoptó la medida al día siguiente del 44 aniversario de Roe V. Wade, el fallo emblemático del Tribunal Supremo que legalizó el aborto en 1973 en EEUU, y dos días después de que millones de estadounidenses se manifestaran por sus derechos.

«Las mujeres más vulnerables del mundo van a sufrir esta política, que mina años de esfuerzos a favor de la salud de las mujeres», reaccionó Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood, la red más grande de planificación familiar del país. «Esto va a provocar cierres de clínicas en el mundo entero, y un aumento de los embarazos no deseados y de abortos peligrosos», advirtió al tiempo que llamaba a la lucha.

«Fuera de control»

Con anterioridad a la firma de estos decretos, el presidente recibió en la Casa Blanca a doce ejecutivos de grandes compañías, como Ford, Lockheed Martin, Dell, Johnson & Johnson, entre otras, a quienes prometió recortes «masivos» de impuestos y una reducción del 75%, «quizá más», de las regulaciones.

Argumentó que el «problema» con las regulaciones actuales es que «no puedes hacer nada», al citar en concreto el caso de las protecciones medioambientales, y agregó que el asunto «está fuera de control». Además, lanzó una advertencia a las empresas que estén pensando en localizar su producción fuera de EEUU, a las que amenazó con un arancel «muy grande sobre el producto cuando llegue».

Prometió también que «vamos a bajar los impuestos masivamente, tanto para la clase media como para las compañías». Según Donald Trump, esos impuestos bajarán hasta un rango de entre el 15% y el 20%, frente al 35%, «o probablemente más, 38%» actual.

Carrera contrarreloj para llegar a EEUU antes de las nuevas medidas

En una carrera contrarreloj para llegar a EEUU antes que Donald Trump aplique sus medidas, muchos latinoamericanos aceleran su travesía por el desierto mexicano sorteando clima extremo, víboras, autoridades y narcotraficantes.

La árida frontera entre México y EEUU está sembrada en sus más de 3.000 kilómetros de puestos de control con cientos de agentes, cámaras, helicópteros y drones. Pero los migrantes, preocupados por las amenazas de Trump, se las ingenian para cruzar.

En la pequeña ciudad de Sásabe se ven marcas blancas en una columna de metal oxidado de la valla que indican que alguien trepó y cruzó por allí. A pocos metros, sobre la arena, una botella de agua pintada de negro para evitar reflejos del sol que podrían ser divisados por agentes de EEUU.

En Caborca, otro pueblo fronterizo de Sonora, un grupo de hondureños atiza una fogata hecha con basura en medio de la gélida mañana. Huyendo del desempleo y las maras, atravesaron México sobre el famoso tren de mercancías “La Bestia”.

Según cifras oficiales, en México se detuvo a 20.709 «sin papeles» en octubre y a 17.230 en noviembre. Las autoridades de EEUU informaron del arresto de 530.250 migrantes en 2016, frente a los 462.328 de 2015.

Para sortear la vigilancia, los «sin papeles» han perfeccionado sus métodos y llevan calzado que no deja huellas en la arena o deja marcas de ganado, ropa de camuflaje, y mochilas impermeables con medicamentos.

Cada uno paga 1.000 dólares a los «coyotes» para ser trasladado desde su país hasta la frontera, donde debe abonar 5.000 dólares más para entrar en EEUU. Quien no puede pagar se transforma en «mula» para cruzar la frontera con 50 kilos de marihuana. «Los narcos no nos pagan, nos dejan pasar», dice un hondureño. Un gran negocio.

«Nuestro pecado es haber nacido en un país pobre y no tener dinero para pagar a las mafias frontera», sostiene El Güero.GARA

Un presidente y empresario, bajo sospecha de violar la Constitución

La ONG anticorrupción Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW) presentó ayer ante

un tribunal federal una demanda contra Donald Trump al estimar que sus intereses empresariales violan la Constitución ya que sigue percibiendo pagos de gobiernos extranjeros al no haber roto, antes de ser investido, sus vínculos financieros con su imperio, la Trump Organization. Por otro lado, el portal WikiLeaks ha instado a que se le haga llegar para su difusión la declaración de la renta de Trump, que se niega a hacer pública. GARA