Raimundo Fitero
DE REOJO

Nene

Estoy irritado porque he pasado por el sillón de una dentista zurda y muy amable. Dieta blanda y fría. Cabeza caliente y dura. Descubro que puedo considerarme un “flexitariano”, que es un raro cruce entre vegetariano y flexible. O al revés. Muchos días solamente como frutas y vegetales, pero no me importa comer otras viandas de origen animal. Hoy parece que es más barato comer percebes que alcachofas. Las hortalizas se han helado en los campos. Y suben los precios porque son “flexicaros”.  El IPC ha subido un tres por ciento positivo.

Será por culpa de Trump y sus colaboradores. Lleva apenas dos semanas y el mundo tiembla. Escucho a su portavoz asegurar que excluir de la sospecha a alguien por edad o género es un “gran error”. No se puede ser más bestia. El caso era de un niño de origen iraní de cinco años detenido por la policía en un aeropuerto cuando iba a reunirse con sus padres. Lo malo no son los actos, sino los argumentos. Todos los ciudadanos de países de religión islámica tienen vetada la entrada. Una barbaridad.

Del fútbol nos vienen otras contradicciones: actitudes racistas contra jugadores, violencia contra los árbitros, bloqueo de un fichaje de un supuesto nazi por parte de aficionados del Rayo Vallecano y el paso por las tablas de Nene, un exjugador antes conocido como Juan Carlos Librado que tiene estudios universitarios y que en dos apariciones en “El Club de la Comedia” y en “Late motiv” se ha hecho ya un hueco en el mundo de los monologuistas. Es lo más políticamente incorrecto que se escucha. Con Buenafuente se atrevió a hacer humor sobre los islamistas más radicales. Si lo ve Trump, o lo ficha o lo manda a Guantánamo. Sin matizar mucho y a la espera de disfrutarlo más veces, me parece algo novedoso porque no habla de lo de siempre y además tiene un estilo propio.