Natxo MATXIN
OSASUNA

Sirigu: «Debo ser sincero, lo que tengo son ganas de jugar»

El guardameta sardo reconoció que en su decisión de hacer las maletas en dirección a Iruñea influyó «sentirse un poco importante y considerado».

No parece sencillo buscarle explicación al por qué un guardameta con el palmarés deportivo y el caché económico de Salvatore Sirigu decide recalar en un equipo modesto como Osasuna, lastrado además por su situación clasificatoria. El portero sardo no se fue por las ramas. «Debo ser sincero, ahora mismo lo que tengo son ganas de jugar» y está claro que la escuadra navarra se lo garantiza.

Junto a esa prioridad por disponer de minutos y volver a sentirse futbolista sobre el césped, el de Nuoro puso en valor que el interés de la entidad rojilla por conseguir su préstamo le dejase «una sensación y consideración de un club que te quiere, eso te hace bien desde el punto de vista humano, sentirse un poco importante», apuntó.

Su situación en el Sevilla, desde luego, ayudó considerablemente. «En verano llegué a un equipo muy ambicioso, que iba a jugar Champions y me querían tanto el técnico como el director deportivo. Creo que el que no jugara no era un problema ni del Sevilla, ni mío, sencillamente Sergio Rico está jugando muy bien», admitió.

Interpelado por cómo ve las escasas posibilidades que tiene Osasuna de salvarse, Sirigu apeló a las matemáticas y a que el conjunto rojillo «tiene la obligación de pelear hasta el final». «Viéndolo desde fuera, tal y como juega el equipo, no me creo que esté el último. Me ha dejado una impresión más positiva que otros rivales», añadió.

Insistió en que su prioridad es jugar, pero que no lo hubiera hecho en un equipo «que no tenga ilusión, si hubiera sido así, no habría venido». «He visto un vestuario tranquilo, muy sano, con gente joven y buen ambiente», destacó como aspectos a valorar en su primer día con sus nuevos compañeros.

Junto a ello, resaltó el «ambiente muy positivo» que se vive en El Sadar y que no se daría en otros países con un equipo que fuera en los últimos puestos. «La semana previa a jugar aquí el Sevilla preparamos el partido como si fuera un rival de los grandes, había miedo de perder», afirmó.

Raoul Loé pasa el reconocimiento médico y está a la espera del transfer

Raoul Loé está a un paso de volver a vestirse oficialmente la elástica rojilla. El jugador camerunés se ejercitó con el resto del grupo en la primera parte de la sesión matinal de ayer y posteriormente pasó sin problemas el correspondiente reconocimiento médico, consistente en una análitica, un electrocardiograma, un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo.

Para que pueda estar a disposición de Vasiljevic de manera completa solo falta que llegue el transfer que le permita poder competir en el torneo liguero. Un trámite que se desconoce cuándo se cumplimentará, dado que todo apunta a que desde Qatar, último destino del centrocampista, no se van a dar especial prisa en remitirlo, después de que firmase su rescisión con el Al Sailiya.

Por ese motivo, y salvo que esta formalidad burocrática se resuelva en tiempo exprés, parece poco probable que el de Courbevoie pueda estar disponible para Anoeta. En cualquier caso, no parece que vaya a ser problema el acoplamiento –Loé conoce de sobra la que fue su casa entre 2011 y 2015–, ni su estado físico y competitivo, dado que el africano jugó el último partido con su anterior equipo el pasado 3 de enero. Desde entonces, el técnico del Al Sailiya, el tunecino Sami Trabelsi, ya no contó con Loé, ante la llegada de nuevos refuerzos para el medio campo del club catarí.

Ese cambio de estatus y las numerosas trabas del Dortmund para repescar a Mikel Merino –primera opción que barajaba Osasuna para reforzar la posición de pivote– trajeron consigo que el internacional camerunés entrase en la órbita de las apetencias rojillas para este mercado invernal. El hecho de que se haya estado esperando hasta el último momento a Merino y que tampoco haya sido tarea fácil la desvinculación de Loé del Al Sailiya han provocado que la operación se deba oficializar incluso fuera del mercado invernal.

Un formalismo, en todo caso, que no incurre en ningún tipo de ilegalidad sobre la normativa deportiva, dado que, tras romper con el club catarí, el centrocampista ejerce como agente libre y, por tanto, puede fichar por el club que lo desee sin problema alguno. N.M.