Javier Echeverría Zabalza
Miembro de Podemos-Ahal Dugu
GAURKOA

Dinámicas positivas para un Podemos fuerte

Nos hallamos inmersos en la recta final del proceso de la Asamblea Ciudadana de Vistalegre 2. Un proceso duro de debate de ideas y de confrontación de posiciones y proyectos, en el que las bases de Navarra han participado muy activamente y de manera ejemplar aportando las «16 propuestas del Menú Foral».

Pero, antes de seguir adelante, considero necesario reseñar algunos rasgos característicos del momento económico, social y político en que nos encontramos. Vivimos un momento en el que la geopolítica y la economía global están teniendo cambios realmente preocupantes en amplias zonas de Occidente que suponen una vuelta de tuerca de un neoliberalismo que adopta ya claramente unos tintes neofascistas; todo ello en aras de seguir favoreciendo el proceso de acumulación de capital y poder de las élites. Con una Unión Europea en donde las tendencias eurofóbicas, proteccionistas y los nacionalismos de extrema derecha se suman a la estructura y a las políticas antisociales que se vienen aplicando desde hace años.

En un Estado español en el que hay una fuerte tensión entre quienes intentan por todos los medios restaurar el régimen del 78, enfocado en beneficio de las élites, y quienes lo impugnamos y queremos cambiarlo por otro más orientado a los intereses de las personas. Y, por último, con una Navarra en donde se está produciendo un cambio sociopolítico en la buena dirección, pero con una gran necesidad de profundizarlo y asentarlo. Y, para ello, no tenemos más remedio que trabajar intensamente por una sociedad navarra cada vez más organizada y movilizada, y también por tener unas instituciones cada vez más del lado de la gente.

El momento que vivimos presenta unos retos enormes, máxime si a todo lo anterior sumamos la urgencia del abordaje de la crisis ecológica en que nos encontramos. Unos retos que urge encararlos, y para los que es necesario conformar las herramientas políticas y sociales adecuadas para hacerlo. De abajo a arriba, desde nuestra realidad más cercana hasta tejer las redes sociopolíticas para cambiar estructuras, políticas, culturas y formas de vida en ámbitos superiores. Y Podemos debe ser una de esas herramientas fundamentales. A pesar de sus limitaciones. Una herramienta que urge fortalecerla y consolidarla en todos sus ámbitos y facetas. Me centraré en algunos aspectos de Navarra.

El proceso que acabamos de tener en Podemos Navarra nos ha llenado de satisfacción a quienes hemos participado en él, precisamente porque va en la dirección de ese fortalecimiento y consolidación. En un contexto en el que predomina la confrontación y la pugna «de parte», en Navarra hemos sido capaces de llevar a cabo un proceso totalmente transversal en el que se ha trabajado mucho haciendo propuestas, debatiéndolas, transaccionándolas y movilizándonos todos los círculos territoriales para seleccionar aquellas que se consideraban más importantes o urgentes para la situación actual. En su conjunto, hemos vivido una dinámica en la que ha predominado la participación transversal, la cooperación entre diferentes y el poner la política y la mejora organizativa y de funcionamiento como objetivo último.

Y todo ello con un clima amable y constructivo, a pesar de las diferencias y el debate. Una experiencia que debería ser referencia para aplicar y extender este tipo de dinámicas positivas a todos los ámbitos de Podemos de ahora en adelante.

Sin embargo, hay que reconocer también que el margen de mejora que tenemos es grande. A la vez que mucha gente estaba inmersa en el proceso del Menú Foral, también ha habido dinámicas menos edificantes. Ha habido compañeros y compañeras que han utilizado –sobre todo en redes sociales– la ridiculización y la ofensa personal a otros compañeros que tenían o expresaban opiniones diferentes, faltándoles al respeto y creando, en definitiva, un clima ofensivo y negativo. Y, lo que es peor, se han utilizado los órganos del partido –que deben ser escrupulosamente neutrales en las contiendas electorales por representar a todos los inscritos e inscritas– para forzar una toma de posición «de parte» con intención de incidir en la dinámica electoral, sobre la base del conocimiento previo de contar con mayoría para hacerlo. Sin ningún tipo de debate ni participación: solamente posicionamiento.

El momento actual en el que se encuentra Podemos es crucial. En estos momentos, Podemos es vital para favorecer en los próximos años un auténtico cambio sociopolítico en el Estado. Y también es fundamental para la profundización y consolidación del cambio social en Navarra, así como para hacer más fuerte y organizado el tejido de la sociedad civil. Por eso, es absolutamente necesario y urgente fortalecer Podemos. Y esto pasa hoy, entre otras cosas, por establecer unas dinámicas positivas que fomenten la participación, la inclusión, la transversalidad, el trabajo cooperativo y, sobre todo, el respeto a todos los militantes y simpatizantes.

En una organización política es normal que haya intereses particulares –individuales y de grupo–, pero lo que no se puede admitir es que esos intereses predominen por encima de los intereses comunes del partido; y sobre todo que, por los métodos y formas empleadas, se perjudique seriamente la razón de ser del mismo, que no es otra que trabajar con todas nuestras fuerzas por la transformación social y política en beneficio de la mayoría.

Creo que tenemos que aprender mucho del proceso que hemos vivido en la organización de Navarra preparando las «16 propuestas del Menú Foral» para Vistalegre 2. A ver si con el esfuerzo de todas y todos somos capaces de extender esas mismas dinámicas a todos los ámbitos de Podemos-Ahal Dugu de Nafarroa. Es nuestra obligación política y social.