El Eibar llega con una certeza y una incógnita a un derbi histórico. Lo es porque nunca antes donostiarras y azulgranas se habían cruzado en semejantes alturas clasificatorias. Y a los eibarreses les gustaría que lo fuera también por saldarse con sus primeros puntos en Anoeta desde que militan en Primera.

Están convencidos de que pueden. Esa es su certeza, la confianza absoluta en sus posibilidades. «Estamos muy fuertes moralmente –subraya José Luis Mendilibar–, no creo que podamos estarlo más. Estamos bien, la gente entrena bien, viene alegre a los entrenamientos, al día a día, y la gente que va contenta a su trabajo lo hace mejor». Así que «ahora mismo vamos a cualquier sitio pensando que vamos a ganar –reconoce–. Así fuimos a Sevilla, pensando que podíamos ganar, no a ver qué hacemos. Nos dieron dos txalos, volvimos a casa con 2-0 pero seguimos con la misma idea. Hemos jugado en casa, hemos ganado y vamos a Donosti con la misma idea, pensando que queremos y que podemos ganar». Y es normal que lo piensen. Porque, pese a que el rendimiento de los armeros baje fuera de Ipurua –han conseguido el doble de puntos como locales que en sus desplazamientos–, el Eibar atraviesa su mejor momento de la temporada: desde el ecuador liguero ha celebrado cuatro victorias, frente a la única derrota contra el Sevilla, ha marcado 14 goles y solo ha encajado tres. A lo que hay que añadir que esta temporada, los equipos de la zona noble se le están dando como nunca. De momento, solo Barcelona y Atlético han sido capaces de salir indemnes de su cruce con los eibarreses.

Esta vez tendrán que hacer frente a un obstáculo añadido. Compartido con su rival, aunque los donostiarras han dispuesto de un día más para preparar el choque. Apenas han transcurrido tres días desde el encuentro frente al Málaga y Mendilibar reconoce que su gran incógnita pasa por el estado de sus jugadores. «Algunos todavía estaban cansados hoy (por ayer), algunos se recuperarán y otros no llegarán para jugar de inicio, aunque igual sí para ayudar al final», explicó el técnico, que introducirá «tres o cuatro cambios» en el once.

El primero en los laterales, ante la ausencia del sancionado Ander Capa. Anaitz Arbilla cambiará de banda para situarse en la diestra y eso reabrirá las puertas de la alineación a Antonio Luna que, en época de órdagos en sus negociaciones por la renovación, no parece muy contento con su suplencia en los dos últimos partidos. En el centro de la defensa, es previsible que Ramis se siente en el banquillo junto al recuperado Gálvez, en favor de Dos Santos.

Las mayores interrogaciones se dibujan en ataque. Parece segura la entrada de Bebé en detrimento de Inui. Más aún la de Peña, pero no su posición. No ayudan a adivinarlo ni su versatilidad –ha jugado ya en los dos laterales, en las dos bandas, como mediapunta y en punta de ataque– ni el estado de sus compañeros. Podría dar un respiro a Pedro León, aunque el murciano tuvo algún minutillo menos ante el Málaga; a Adrián, que acabó fundido; o incluso a Enrich, que se retiró con molestias en un tobillo.

Salte quien salte, ya sabe lo que quiere su entrenador, «jugar en campo contrario». Pero, reconoce Mendilibar, la Real «quiere lo mismo», aunque lo haga con otras maneras. «Ellos lo intentan combinando más, sacando más jugado desde atrás y nosotros apretando y jugando con menos toques. Pero la idea de los dos equipos es jugar en campo contrario. El que logre estar más tiempo, no tiene por qué ganar pero sí tendrá más posibilidades de hacerlo».

Menos de 70 entradas para el derbi vendidas en Ipurua

No está teniendo suerte el Eibar con los horarios de los derbis esta temporada. El de hoy, indudablemente, ha desanimado a los seguidores azulgranas. Al margen de los que viajen por su cuenta, en Ipurua se han vendido menos de 70 de las 479 que remitió la Real, lo justo para fletar un autobús organizado.

Más expectación ha levantado el encuentro del sábado frente al Real Madrid. El Eibar no puso demasiadas a la venta, pese a tratarse de Medio Día del Club, pero volaron de las taquillas.A.U.L.