Ane URKIRI ANSOLA
ALAVÉS

Desesperación en Los Cármenes

Un enganchadísimo Granada aprovechó la falta de contundencia del Alavés que reaccionó tarde para, al menos, lograr un punto.

GRANADA 2

ALAVÉS 1


Con hasta siete novedades en el once inicial se presentó el Alavés en el estadio Nuevo Los Cármenes, tres de ellos obligados por sanción. Y con Pellegrino presenciando el partido desde las gradas. Cierto es que le costó entrar en el partido al Glorioso, quizá por la necesidad de reaccionar de un Granada en puestos de descenso. Dos envíos aéreos en sendos saques de banda desde el flanco izquierdo generaron cierta incertidumbre en el área albiazul. El disparo potente de Agbo, tras pérdida de Theo Hernández, y el cual fue atajado en dos tiempos por Pacheco, despertó de alguna forma al cuadro de Pellegrino. El propio lateral marsellés encendió su moto para zafarse de los rivales hasta internarse en el área pero su centro raso no encontró ningún dueño; y, después de varios minutos de posesión intrascendente del Granada, Romero encontró a Katai en la otra banda. Sin embargo, al recorrer varios metros, al serbio se le nublaron las ídeas con un Deyverson ya en el suelo y con tres defensores delante suyo tapando cualquier resquicio.

Fueron las dos únicas aproximaciones de un Deportivo Alavés que no supo cortar el juego del Granada, que se agarraba a cualquier jugada de estrategia. Y los albiazules, además, le permitieron ese lujo con varias faltas al borde del área. Los de Lucas Alcaraz creyeron en sus posibilidades y Adrián Ramos –muy hábil con su movilidad– tuvo dos oportunidades consecutivas que fueron rechazadas, primero por Torres y luego, por Pacheco. Mientras el Alavés no se despertaba de su letargo, Héctor Hernández puso su tercer saque de banda en el área y el rechace lo enganchó de primeras Wakaso, desde fuera del área, para marcar el gol de la esperanza nazarí. El tanto dio alas al Granada para afrontar los ocho minutos que restaban para llegar al descanso por delante frente a un Glorioso impotente.

Reacción tardía

El Granada de ayer no tuvo nada que ver con el Granada de San Mamés, y nada más comenzar la segunda mitad los albiazules tuvieron que agradecer la intervención de su guardameta que salvó un gol cantado a Carcela. Los de Pellegrino continuaron acusando su falta de contundencia y ello permitió a los locales ampliar el marcador en otra jugada parecida al del primer gol. Héctor sirvió de banda con un balón largo e Issac Cuenca aprovechó el rechace para superar a un Pacheco con una volea ajustada al palo.

Tuvo que llegar ese segundo gol para ver el carácter del auténtico Glorioso. Romero se echó el equipo a la espalda y encontró a Camarasa en uno de sus servicios para para acortar distancias. El paraguayo y el valenciano empezaron a compenetrarse mientras pasaban los minutos, aunque el Granada también volvió a avisar con un disparo al travesaño de Ramos y con un Carcela que se topó, una vez más, con Pacheco. 

Con Ibai y Romero en cada banda, el Alavés consiguió encerrar a la escuadra local. Camarasa volvió a batir a Ochoa pero el colegiado anuló por fuera de juego el que hubiera sido el tanto de la igualada y el disparo de Ibai que se estrelló en el palo fue la última oportunidad de un Alavés desesperado que acabó con dos expulsados.