Por si todavía hay alguien que tira del tópico de equiparar El Sadar a inexpugnabilidad, la presente temporada está haciendo que se le caiga el mito. Con la cosechada frente al Villarreal, Osasuna sumó su novena derrota casera en liga, una cifra nunca vista en el estadio iruindarra. Los precedentes más cercanos de similares números se remontan a la 2013-14, la del último descenso, y la 2002-03, ambas con ocho tropiezos en calidad de anfitriones.

Sin embargo, la actual campaña tiene un dato fundamental que la va a situar como la peor con mucha diferencia. Y es que a la escuadra navarra todavía le restan nada menos que seis encuentros en propio feudo, con lo que la estadística puede convertirse en difícilmente igualable en términos negativos, vista la trayectoria de los rojillos ante su público.

Aunque la 2016-17 está siendo un pico realmente adverso, lo cierto es que estos malos números caseros son consecuencia de una tendencia que se viene manifestando en los últimos tiempos. Lejos, muy lejos, quedan aquellos campeonatos de los años 80 en los que El Sadar era considerado una fortaleza, con una media de derrotas caseras que apenas llegaban a las cuatro por temporada. La palma se la lleva, en todo caso, la 1957-58, también en la máxima categoría, con once victorias, cuatro empates y ni una sola derrota. Bien diferente al rendimiento del presente siglo, en el que la media ha subido hasta los casi seis tropiezos por campaña.

La lista de datos para echarse a llorar se completa con que Osasuna nunca había encajado más de dos goles en cinco compromisos consecutivos, que es la escuadra que más pases falla saliendo desde atrás con el balón jugado y en el medio campo, y que en el diferencial entre goles anotados y encajados de estrategia es el conjunto que peor parado sale. También los hay a nivel individual: Vasiljevic es el primer técnico rojillo que ha llegado a diez partidos en el banquillo sin lograr una victoria y Sirigu es el guardameta que peor porcentaje tiene de paradas en tiros a puerta. Casi nada.

«Ver la realidad»

Baño de realismo en la sala de prensa de Tajonar. «Tenemos que ser todos conscientes de lo que de verdad hay, debemos abrir los ojos y ver la realidad, tenemos el equipo que tenemos y no nos da, porque el nivel de Primera es muy exigente y muy grande», se sinceró Roberto Torres. Para el de Arre, el actual Osasuna solo se puede comparar a cuatro o cinco equipos más, ya que hay otros «con un presupuesto brutal», viniendo la escuadra navarra de una pasada campaña, «en la que logramos mucho con poco».