Mirari Isasi
Periodista
IKUSMIRA

Esta vieja Europa

La decisión del Parlamento de Hungría de permitir la reclusión de todos los solicitantes de asilo coincidió con el aval del Tribunal de Justicia de la UE a los estados miembros que nieguen el visado humanitario solicitado en sus embajadas a quien desee entrar en su territorio con intención de pedir asilo, dejando en sus manos la libertad de concederlos. No importa que huyan de la guerra.

La Corte dio la razón a Bélgica, que rechazó la petición de una familia de Alepo al estimar que los estados de esta Europa que llaman «de los ciudadanos» –europeos, y no todos, se entiende– no están obligados a admitir en su territorio a quienes vivan una situación catastrófica.

Esta Europa incapaz de responder a la grave crisis de los refugiados, escapen de guerras o de la miseria, que ha hecho dejación de su «deber» solidario y «subcontratado» a terceros países que no destacan por ser ejemplo de respeto a los derechos humanos –Turquía o Libia– para frenar el flujo migratorio.

Esta Europa donde los líderes políticos, a las puertas de cruciales citas electorales, se van sumando cada vez más al discurso xenófobo del miedo de la extrema derecha precisamente por miedo a que esta les gane terreno. Y lo que es mas grave, también sus ciudadanos, a los que no les cuesta desprenderse de su vieja ropa para enviar a los refugiados y tranquilizar sus conciencias, pero cuyos discursos se van acercando a la ultraderecha.

Esta vieja Europa que no tiene intención de abrir vías migratorias seguras para los refugiados que eviten las mafias y la trata de personas.

Eso sí, Donald Trump, que no ceja en su empeño de sacar adelante su veto migratorio, es un impresentable.