Arnaitz GORRITI
LIGA ACB ENDESA - SASKI BASKONIA

Justo castigo por faltar al respeto

Los gasteiztarras solo reaccionaron en el último período, después de encajar 58 puntos entre el segundo y el tercero.

ICL MANRESA 87

SASKI BASKONIA 82


No vamos a cometer el error de mandar al séptimo círculo del infierno a todo Saski Baskonia, presidente incluido, pero sí vamos a constatar lo obvio: los gasteiztarras deshonraron su camiseta, al rival y a la Liga ACB con su desempeño en el Nou Congost. A los de Ibon Navarro les dará igual que Saski Baskonia se pusiera en ridículo a sí mismo, ya que solamente suman su cuarto triunfo liguero y la salvación se les queda a tres victorias, pero lo cierto es que los manresanos hicieron su trabajo y sus rivales, no.

Como decíamos el viernes, Sito Alonso se llena mucho la boca con el lema «Carácter Baskonia», concepto que recuperó el conjunto gasteiztarra en la cancha de Fenerbahçe. Ayer, en cambio, mancilló ese lema, ya que la única característica del mentado carácter fue de desidia. Los de Sito Alonso se ganaron mil reproches porque respetar al Manresa –ello no los obliga a ganar– y a la afición baskonista es de obligado cumplimiento y ayer faltaron a ese sagrado deber. La desventaja final de cinco puntos es, además, mentirosa, porque indica una reacción gasteiztarra, pero no fue más que maquillaje unido al miedo a ganar de los del Bagés.

Los jugadores de Manresa erraron un total de 12 tiros libres, casi la totalidad en los minutos finales, mientras que una presión a toda cancha, con Rafa Luz convertido en apagafuegos, limó una diferencia que llegó a ser de 19 puntos, 72-53, a poco de empezar el último cuarto. Un triple de Pere Tomàs finiquitó la larga agonía del partido.

No se puede salvar a nadie de la plantilla gasteiztarra; si acaso, Tadas Sedekerskis, porque Sito Alonso no tuvo a bien alinear al joven lituano. (Dicta la lógica que la promesa báltica podría disponer de minutos en partidos como el de ayer, pero su entrenador suele obviar de él en estos días para sacarlo en jornadas de mayor compromiso) El resto rayó a un nivel muy menor ante un adversario que, durante 35 minutos, rompió la defensa gasteiztarra cuando quiso.

Jugadores como Auda, Lluís Costa, Suggs o Cakarun se enseñorearon por en medio de la defensa baskonista como por el pasillo de su casa, agradeciendo la desidia rival. Desde 12-16 del primer cuarto se pasó al 40-30 del descanso, y de ahí al 70-53 del final del tercer cuarto. Es decir, que Saski Baskonia encajó 58 puntos en 20 minutos, con la lacerante evidencia de que los 15 minutos de descanso, en los que, se supone, Sito Alonso debía poner los puntos sobre las íes, no sirvieron para nada.

Reacción decorativa

«Para remontar hemos tenido que hacer cosas diferentes a las habituales. Nos hemos acercado, pero la victoria no la merecíamos», reconocía Sito Alonso, en un ejercicio estimable de autocrítica.

Al verse con la victoria en las manos, los manresanos se asustaron, y los de Sito Alonso, mínimamente heridos en su orgullo, olieron ese miedo. Fue entonces cuando, a base de dar palos –léase cometer personales, nada más– y presionar arriba, los de Ibon Navarro fueron perdiendo posesiones, errando tiros y elevando su estado de ansiedad, mientras que en el seno baskonista, con Shengelia y Rafa Luz de abanderados, se trabajaba por rebajar la diferencia.

Un par de dudosas decisiones arbitrales también enojaron a los gasteiztarras, que tuvieron una protestona reacción de nuevo rico –Hanga se libró por los pelos de verse expulsado por doble técnica–. En un último minuto interminable, la desventaja al fin bajó de la decena, pero los manresanos, con un frenético Ibon Navarro al frente –el gasteiztarra pedía ánimos a un Nou Congost entregado a la fatalidad–, aguantaron y se llevaron el triunfo, y subrayaron que se les debe un respeto.