Víctor ESQUIROL
CRÍTICA «Crudo»

El sangriento ritual de debutar en la edad adulta

L a ópera prima de Julia Ducournau es en todos los sentidos uno de los debuts más sonados de la temporada. Tanto por lo que propone su historia como sobre todo por la manera en que ésta toma forma en la pantalla. Por partes. El qué: Una estudiante de primer año de la facultad de veterinaria, verá cómo su vida, así como sus hábitos alimentarios (estrictamente vegetarianos), dan un giro de ciento ochenta grados, poco después de sufrir una de las clásicas novatadas universitarias. El cómo: todo esto se nos presenta a través de una mezcla endiablada de tonos. Comedia, terror y fantástico bailan en la misma pista y se alimentan los unos a los otros para componer uno de los retratos de la adolescencia más impactantes de los últimos años. Al nivel de la mismísima ‘Carrie’. Con ‘Crudo’ se experimenta algo parecido al amor, a esa atracción a la que sabes que deberías resistirte, pero que... no. Imposible. Y absténganse los corazones y estómagos débiles, porque en esta función abundan los vómitos, la sangre y, claro está, la carne cruda.

Desde su impactante primera escena, Julia Ducournau (quien en ningún momento muestra inseguridades por ser éste su primer largo), hace gala de un estilo visual muy atractivo, al que acompaña con la valentía que requieren estas ocasiones, pero que por desgracia, tan fácil es que se desvanezca. Para entendernos y para avisar: la película es una cafrada que tiene los santos ovarios de llevarse a ella misma hasta las últimas consecuencias. Hasta llegar a ese punto de no-retorno en que el asunto se escape un poco de las manos. Como tenía que ser.

A través de un excelente humor negro que se tiñe de rojo para la ocasión, Ducournau nos arroja a la jaula de los instintos animales, al tiempo que expone los ritos iniciáticos vitales como la -brutal- novatada que son. El resultado es delicioso. Desternillante y doloroso a más no poder. Como en las mejores pesadillas, vaya.