Miguel Zugaza destacó ayer que regresa «muy emocionado» al Museo de Bellas Artes de Bilbo y dijo que para el próximo verano espera disponer ya de novedades en la programación.

Tras 15 años de una alabada gestión al frente al Museo del Prado, Miguel Zugaza (Durango, 1964) se incorporó ayer a su despacho en la pinacoteca, que ya dirigió entre 1996 y 2002 y en el que sucede a Javier Viar. Sobre si uno de los objetivos será aumentar las cifras de asistencia, que el pasado año fueron de cerca de 270.000 visitantes, indicó que «es un error» juzgar los museos por las audiencias.

En relación a la petición que hicieron trece asociaciones y organizaciones profesionales de las artes plásticas del Estado español y 437 particulares para revocar su nombramiento y sacar la plaza a concurso afirmó que respeta muchísimo todas las opiniones. «No creo que las críticas fueran hacia mí. He participado en muchos procesos de este tipo y nunca se sabe cuál es el mejor procedimiento», añadió. El nuevo director se tendrá que enfrentar a limitaciones del museo, tanto presupuestarias como espaciales. «A todo eso trataremos de dar solución», señaló.

Remarcó que el Bellas Artes, que abrió sus puertas en 1914, es «un museo extraordinario por sus colecciones, por su historia, y por su vínculo con las instituciones públicas y con la sociedad civil», lo que lo hace «modélico».