Raimundo Fitero
DE REOJO

Atrás

Nadie dirá nada sobre ti cuando hayas dejado pagada tu cuenta en la taberna de la esquina. Hoy es en Estocolmo donde suenas las sirenas y la estupefacción invade el centro comercial.  Acaban de estigmatizar a todos los camiones del primer mundo cuando se acercan a aglomeraciones deportivas, religiosas o patrióticas. Comprar en una tienda de franquicia globalizada  en una capital europea se ha convertido en una aventura de riesgo. Vimos las imágenes del camión sueco pasando por delante de la cámara de seguridad de un comercio de ropa y ese instante se nos coloca en la retina para nublar todo discurso. Bolardos de todo tamaño y prescripción, vallas móviles, coches patrulleros, cercos de protección para que el santo comercio no se paralice. La seguridad estática. En cada motor una sospecha. El camión de Estocolmo era de reparto de cervezas. No mires nunca para atrás cuando huyas.

Les ha costado darle la importancia que tiene la entrega del arsenal militar de ETA, pero ha conseguido hacerse el hueco que merece esta fecha histórica. Será difícil dejar de mirar atrás durante un tiempo, pero cuantos más motivos tengamos para ir mirando hacia delante, mejor haremos el camino que nos debe llevar en un tiempo prudencial a la normalidad, entendida esta como una actitud dialéctica donde todos debemos ceder, comprender, escuchar, pactar con el otro, con los otros, para superar los escollos que todavía existen. Y que muchos se dedican a ampliar, amplificar, subordinando el futuro al pasado, es decir mirando solamente hacia atrás

Lo mejor es pagar cada uno su ronda, dejar todas las facturas liquidadas, no esperar más ventajas que las justas. No va a ser fácil esta parte del camino, montaña arriba se llega a la cúspide desde donde se ve el valle. No hay marcha atrás.