Jon ORMAZABAL
Pelota

La inconsistencia de Jaunarena suaviza el aterrizaje de Julen Retegi

El de Eratsun acusó la inactividad y sufrió molestias en el hombro pero los 11errores y los cuatro saques sin respuesta de su rival le allanaron el camino.

RETEGI BI 22

JAUNARENA 15


Con apenas un entrenamiento serio tras un mes fuera de las canchas por una inoportuna lesión en su hombro izquierdo, Julen Retegi acudió ayer al Astelena inmerso en un mar de dudas. Sin tiempo para el necesario rodaje, el de Eratsun temía, con sus razones, un aterrizaje forzoso a la competición, donde necesita encontrar argumentos para abrirse puertas en estelares, pero sin llegar a despejar esa incertidumbre del todo, encontró en la inconsistencia de su rival, Jon Jaunarena, el argumento con el que su retorno resultó bastante más apacible.

Y es que a Retegi Bi le bastó su oficio y su saber estar en la cancha para, con un partido aseado, dejar a Rezusta como único zaguero en competición y conseguir el pase para enfrentarse a Ezkurdia en cuartos de final. De mitad de partido hacia adelante, dijo haber notado la inactividad en las piernas y algún pinchazo en el hombro, que le impidió estirar su zurda del todo, con lo que también estuvo algo corto de golpe, pero no necesitó más.

Sin gen competitivo

Sucedió que los once errores y los cuatro saques sin respuesta de Jon Jaunarena hicieron el resto. El delantero reconvertido a zaguero firmó los pelotazos más brillantes del partido, como el rebote con el que obtuvo su única ventaja en el 2-3, unos cuantos magníficos restos de zurda o la pelota que cruzó al ancho de besagain en el 16-8, pero su falta de consistencia dejaron en nada esas relucientes cualidades que atesora desde siempre.

Porque todos esos argumentos pierden todo su peso sin un gen competitivo que les dé consistencia y de cuya falta adoleció el de Leitza. Reñido con la chapa en algunos lances del juego, Jaunarena no fue capaz de tener continuidad en el peloteo, donde lucía una mucho mayor potencialidad que su rival, mandó abajo un montón de pelotas de derecha, de las de sujetar con la cintura, y por ahí se le escaparon las opciones de una victoria en la que nunca creyó. Sin ningún esplendor, Retegi cumplió con su cometido y confía en poder seguir progresando.