Iñaki TELLERIA
CICLISMO - GIRO 2017

Greipel, esta vez sí que sí

El sprinter alemán del equipo Lotto Soudal no se dejó sorprender en la segunda etapa y es el nuevo líder.

Lo de Lukas Pöstlberger la víspera no se podía repetir. Que, con todo el respeto –muletilla que se utiliza para no mostrar ningún respeto por alguien–, uno de tantos del pelotón les “robe” una etapa a los sprinters, con lo contadas y cotizadas que están y con el esfuerzo que se toman los equipos con llegadores, no se podía repetir. Entre otras cosas porque unos de los afectados era André Greipel, quien por ese motivo montó en cólera en la primera etapa. Ayer, el alemán del Lotto Soudal no dejó ningún margen a la sorpresa. Dijo un «una y no más» y se impuso con absoluta autoridad en la segunda, entre Olbia y Tortolí, sobre 221 kilómetros. En tierras de Cerdeña, fue una victoria para imponer respeto y también para vestirse el maillot de líder, la codiciada maglia rosa.

Hay que reconococer también que Greipel lo tuvo un poco más fácil cuando en la explosión final de los elegidos a Caleb Ewan, del Orica, se le soltó el calapié y perdió cualquier opción.

Fue otro éxito para "Popeye", fuerza y veteranía de 34 años, más hábil que nadie en la recta de 1.800 metros que conducía a meta. Su equipo le llevó hasta la explosión final, donde respondió al ataque del Orica, que no tuvo suerte con el australiano Ewan. También lo intentó el colombiano Fernando Gaviria (Quick Step), atacando a 100 metros, pero el de Antioquía no midió las distancias y fue noveno. Etapa y liderato para Greipel, corredor con 11 etapas del Tour en su palmarés, 7 en el Giro y 4 en la Vuelta. En la presente temporada ya ha subido al podio en Mallorca, Algarve y París-Niza. Hoy defenderá la maglia con 4 segundos sobre el austríaco Pöstlberger (Bora) y 8 respecto a Ewan (Orica).

Descenso trepidante

En cuanto a la jornada, el viento de cara desde la salida y los 2.800 metros de desnivel, en un continuo sube y baja no amedrentaron a un quinteto formado por Oswian, Koshevoy, Shalunov, Andreetta y el eritreo Teklehaimanot, un fijo en las fugas el africano. Fue un intento baldío porque estuvieron controlados en todo momento por un pelotón que nunca permitió más de 4 minutos, diferencia que se mantuvo en la montaña, en el que puntuó Teklehaimanot, cumpliendo el objetivo de vestirse con el maillot de la montaña. Y ya desde el alto, el Barhain de Nibali tomó el mando de un descenso trepidante. Pelotón en fila y algunos cortes en el gran grupo. Entre los pillados, el ruso Ilnur Zakarin, uno de los candidatos al podio.

Atentos a la jugada el Movistar de Quintana y el Sky de Landa. Ambos líderes también vieron con alivio cuando Lotto y Orica tomaron el mando tras vivir una auténtica montaña rusa.

«Encantado de volver a ganar»

André Greipel se mostró «encantado de volver a ganar en el Giro» tras alzar los brazos en la meta de Tortolí, su séptimo triunfo en la carrera rosa.

«Ha sido una gran victoria en un día que no ha sido nada fácil. Hemos estado más de seis horas en la bicicleta y la lucha con el viento de cara ha sido permanente. Al final, tuvimos que contestar a algunos ataques, pero jugamos nuestras bazas en el sprint, que era lo que estábamos buscando, y todo salió bien», explicó para añadir que está «realmente orgulloso de mis compañeros, me han ayudado para conseguir este triunfo y la maglia. Es para ellos y también para mi madre».

La cara amarga la puso el australiano Caleb Ewan (Orica). Reconoció estar «desolado. No sé exactamente qué ha pasado, pero mi pie se ha salido del pedal cuando luchaba con Gaviria (Quick Step) y, a partir de ahí, ha sido imposible mantener el ritmo. El lado positivo es que estoy en forma», dijo optimista. GARA