IBEROSTAR TENERIFE 80

RETABET B. BASKET 76

No todas las finales se ganan, y RETAbet Bilbao Basket perdió la de ayer. Si el derbi del miércoles ante Saski Baskonia ya a iba a resultar un choque de alto voltaje, después de caer en el feudo de Iberostar Tenerife, con el añadido del sorprendente triunfo de Morabanc Andorra ante Valencia Basket, convertirá el próximo duelo en un ejercicio de máximo riesgo y sin red.

Doornekamp y Kirksay mantuvieron a golpe de triple a los laguneros cuando los hombres de negro dieron sus tirones a lo largo del tercer período. Ya en el cuarto final, un parcial de 9-0, del 61-59 a 70-59, sentenció el partido, a pesar de la reacción final de los de Carles Durán. La propia escuadra tinerfeña puso de su parte para facilitar la remontada bilbaina, llegando a colocarse 78-76. Pero tras el pertinente tiempo muerto de Txus Vidorreta, dos tiros libres de Rodrigo San Miguel enterraron las opciones de victoria de un Bilbao Basket que ya camina en el filo de la navaja.

Toma y daca

Jugar ante al Iberostar Tenerife suele tener como consecuencia disputar un partido a pocos puntos y en el que, si se aguarda bien, puede haber una oportunidad de victoria. Durante muchos momentos, sobre todo a lo largo del tercer cuarto, el encuentro del Santiago Martín fue un toma y daca con múltiples cambios en la cabeza.

Los hombres de negro se recuperaron de un arranque no muy prometedor, bajando al barro como requería la ocasión. Y quién mejor que Axel Hervelle para las ocasiones cuando toca embadurnarse de fango. El ala-pívot de Lieja está viviendo una acusada cuesta abajo esta campaña, pero en las últimas semanas ha recuperado cierto nivel, en especial a partir de su tiro de tres puntos. Gracias a él, Bilbao Basket pudo neutralizar el efectivo arranque de Will Hanley.

Con todo, el técnico de los vizcainos, después de una pequeña bronca y los cambios, pudo ajustar al equipo y el resultado, aunque al descanso los hombres de negro cayeran por 31-28. Más aún, después del receso logró ponerse por delante, pero sin poder escaparse gracias al acierto de Doornekamp y Kirksay. Con el último período, Rodrigo San Miguel emergió en su mejor versión, dejando a los hombres de negro descolgados y entre la espada y la pared.