Mikel Gurrutxaga San Vicente
Profesor de la UPV/EHU
GAURKOA

Ampliación en Gasteiz del tranvía hacia el sur, ¿necesidad o despilfarro?

Invito a todas las personas que residen en Vitoria-Gasteiz a consultar urgentemente el proyecto de ampliación del tranvía desde la parada de Angulema hacia el sur, con su curvo trazado en forma de amplia «C» invertida. El recorrido (presupuestado en 17 millones de euros) pretende conectar los barrios San Cristóbal y Adurza y el Campus de Álava de la UPV/EHU. Me he quedado estupefacto al ver el trazado, dado que los destinos son accesibles rápidamente a pie mediante un agradable y corto paseo.

Las redes de transporte público urbano han de diseñarse para mejorar la calidad de vida de la población, aumentar la cohesión interna de la ciudad, optimizar la viabilidad de las actividades económicas del núcleo urbano y minimizar la dependencia del coche (reduciendo así las emisiones de gases contaminantes que contribuyen al cambio climático). Este proyecto de ampliación del tranvía hacia el sur no tendría efectos positivos significativos en ninguna de estas variables ambientales, sociales y económicas.

En cambio, sí tendría una serie de efectos negativos en calles de escasa anchura para este tipo de infraestructura. Entre otros aspectos, y tal y como ha ocurrido por ejemplo en General Álava, se produciría un empeoramiento de la calidad de varias calles de San Cristóbal para el tránsito peatonal, que precisamente debería ser el principal medio de desplazamiento a favorecer en un barrio pegado al centro urbano. También se vería dificultada la carga y descarga en locales comerciales situados en el trazado. Asimismo se vería impedida la accesibilidad de los bomberos a las viviendas, hasta que se desconecte la catenaria, situada junto a las fachadas. La balanza de efectos positivos y negativos de este proyecto no deja lugar a dudas.

Como peatón, para comprobar el grado de utilidad de la ampliación del tranvía hacia el sur, he ido caminando desde la parada del tranvía de Angulema hasta el Vicerrectorado del Campus de Álava, en la calle Comandante Izarduy del barrio de San Cristóbal, y he tardado 5 minutos y 20 segundos de agradable paseo atravesando la calle Rioja y la vía del tren por el paso inferior. Entre la parada de Parlamento y la esquina opuesta del Campus, la Facultad de Magisterio, he tardado 5 minutos y 30 segundos, mediante otro relajado paseo atravesando la calle San Antonio y la vía del tren. A esto se añade que ambos recorridos a pie serán aún más cómodos y atractivos cuando se soterre la vía del tren.

No cabe duda de que el Campus de Álava estará plenamente integrado en el centro urbano de Vitoria-Gasteiz una vez se ejecute el soterramiento de la vía de Renfe y de hecho es la zona más pegada al Ensanche que existe en la ciudad. A esto se suma que la inmensa mayoría del alumnado y de los empleados de la UPV/EHU no acceden al Campus utilizando el tranvía. De los que sí usan el tranvía (insisto en que son un porcentaje muy pequeño), con todos los que he hablado me han comentado que precisamente agradecen bajarse en las paradas de Parlamento o de Angulema para despejarse caminando 5 minutos al Campus, y que obviamente no seguirían montados en el tranvía en caso de ejecutarse la ampliación proyectada.

De hecho, para acceder al Campus una persona que viaja en el tranvía llegaría antes a pie si se apeara en las paradas existentes en la actualidad, que si continuara montado en el vagón recorriendo la ampliación proyectada y después comenzara a caminar desde las paradas planteadas en las calles Nieves Cano y Domingo Martínez de Aragón.

Gastarse 17 millones de euros de dinero público en este trazado no tiene justificación, máxime dentro de una ciudad con notables necesidades de mejora del transporte público a solventar, como la mejora de las conexiones en zonas de elevadísimo uso del coche (como Zabalgana, Salburua, polígonos industriales), la ampliación de la flota de vehículos eléctricos y mixtos, la señalización de tiempo de espera en cada parada, etc.

No es de extrañar que numerosos vecinos de San Cristobal y Adurza estén recogiendo firmas en contra de este sorprendente proyecto y recibiendo adhesiones de asociaciones de otros barrios de la ciudad. De hecho nadie había solicitado la ampliación del tranvía hacia el sur de la ciudad. Mientras, en los barrios de Zabalgana y Salburua desde hace 10 años se demanda la llegada del tranvía o de alguna infraestructura de transporte público equivalente.

Actualmente 42.700 personas viven en Zabalgana y Salburua, donde los recorridos a pie hacia el resto de la ciudad son exasperantes, no solo por las largas distancias a recorrer, sino por la abundante presencia de discontinuidades urbanas, dada la notable separación entre edificios y la abundancia de solares vacíos y de bloques de viviendas sin comercios. Además, conversando con sus vecinos se llega rápidamente a la conclusión de que cuando se hace de noche un gran porcentaje de personas directamente descartan ir caminando por las calles de la mayor parte de Zabalgana y Salburua, dado que son percibidas como áreas inseguras, con muy escaso tránsito de peatones.

En una encuesta centrada en las partes de Salburua más cercanas al centro urbano (es decir excluyendo zonas más alejadas y dispersas como Larrein y Arkayate) se detectó que 3 de cada 4 habitantes usan el coche a diario, tal y como está publicado en el número 173 de la revista Ciudad y Territorio, editada por el Ministerio de Fomento. El uso diario del coche seguramente es más abrumador aún en los sectores de Arkayate y Larrein y en la mayor parte del amplísimo barrio de Zabalgana.

Además de la urgente necesidad de disminuir la dependencia del coche en Zabalgana y Salburua, los amplios viales que existen en ambos barrios son adecuados para integrar el tranvía o alguna infraestructura de transporte público equivalente.

A todo esto se suma que el proyecto de ampliación del tranvía hacia el sur no tiene en cuenta que recientemente se aprobado el soterramiento de la vía del tren. Así, el trazado proyectado incluye la ampliación del puente de Las Trianas para poder insertar el tranvía, así como la colocación de una parada en la parte superior de dicho puente. Sin embargo, la propia existencia del puente de Las Trianas no tendrá sentido cuando se ejecute el soterramiento de la vía del tren.

El dinero público ha de utilizarse para mejorar verdaderamente el transporte público, priorizando aquellos trazados que tengan beneficios notables en la mejora de la calidad de vida de la población, en la cohesión social de la ciudad, en la viabilidad de las actividades económicas locales y en la disminución del uso del coche. Esto pasa por retirar inmediatamente el actual proyecto de ampliación del tranvía desde la parada de Angulema hacia el sur y dedicar esa elevada cantidad de dinero público en actuaciones mucho más útiles y prioritarias para el transporte público de Vitoria-Gasteiz.