Urralburu, en su esencia
Como las pesadillas más horrorosas, Gabriel Urralburu, el que fuera presidente intitulado socialista de la Comunidad Foral de Nafarroa, vuelve a la palestra. Ahora como deudor de Hacienda.
Le hicieron presidente los grandes mangantes del Viejo Reyno, los de siempre, y lo eligieron por mayoría parlamentaria para partir Euskal Herria en tres pedazos tras reventar la Asamblea de Parlamentarios Vascos y segregar al PSN del Comité Nacional del PSE. Y en cuanto cumplió el compromiso, alguien le dio carta verde para el mangoneo alegre.
Dicen que aprendió bien y rápido la mecánica de mete la mano en la caja y saca lo que toques. Y son vox populi las construcciones y francachelas que se pagaban algunos con el dinero de todos en los años dorados de aquel PSN-PSOE ochentero y felipista, cuando su compañero Solchaga se ufanaba de ser ministro en el país donde más fácil era hacerse rico. Afanando, claro.
Un juez benigno, el del TS español, le rebajó la condena a sólo 4 años de los 11 a que había sido sentenciado en Iruñea y ahí le tenemos de nuevo. Y ahora que son los otros quienes tienen acceso a la información que hasta ayer se nos negaba, sabemos que debe aún casi medio millón de euros al erario público. Vaya usted a saber por qué actividades. Ahí está, flamante, la representación viva de un régimen que, con el único objetivo de negar la Historia, se enfangó en la corrupción y el robo. Pero las cosas cambian y el tiempo pone a cada cual en su sitio.
A ver si los demás nos caemos del guindo y entendemos lo importante que es el cambio de rumbo en Nafarroa. A pesar de las contradicciones menores.