Raimundo Fitero
DE REOJO

Chanante

Con “El Hormiguero” tengo sensaciones encontradas. Creo que es un gran espectáculo televisivo, que utiliza, y bien, muchos recursos técnicos y económicos y unas veces me dan ganas de estrangular a Pablo Motos y en otras me lo paso estupendamente. No comprendo la razón por la que lleva a Bertín Osborne de manera tan asidua a su plató, pero al día siguiente leo los resultados de las audiencias y lo comprendo perfectamente. Me parece un acierto los retos que le plantean a Pilar Rubio. Retirado el hombre de negro, no se ha resistido la parte seudo-científica.

Pero hay entregas muy buenas y la otra noche recuperó a los que se inventaron un tiempo de humor, los albaceteños, por ubicarlos de “La hora chanante” que resulta ser que no fueron una moda sino que cada uno de ellos por separado y a veces en parejas o tríos siguen siendo cómicos relevantes en diversas cadenas, o actores reconocidos en series o en películas, es decir que había mata, sacaron patatas y como era imposible crear una escuela, ni siquiera un estilo, cada uno ha encontrado un hueco en el mercado.

Se juntaron con Motos para contar anécdotas de su salida en radio, en televisión local hasta llegar a tener un espacio en televisión estatal, donde se expandieron, crearon el caos, aportaron gestos, personajes, maneras de expresarse que fueron asimiladas por una parte de la ciudadanía y desaparecieron. Pero tenemos a un Joaquín Reyes haciendo las mejores y más salvajes parodias de personajes político, con retratos que son auténticas obras de arte. A Sevilla de actor protagonista en “La que se Avecina”, o a Julián Ruiz en muchas películas. Han sabido amoldarse. Y la pregunta de siempre es, ¿volverá “La hora chanante”? Y nadie responde porque quizás hoy no obtendría los mismos resultados y aceptación que cuando alcanzaron la fama.