Fiesta de la espuma, orgía para todos los públicos
No importa la edad que marque nuestro DNI, mucho menos los derechos y responsabilidades que nos haya otorgado la sociedad o, directamente, la vida. En el fondo, nunca dejaremos de ser ese primate que desea encerrarse en su caverna para así dar rienda suelta a sus instintos y necesidades más primarias. De la ópera prima de Roberto Pérez Toledo hablamos. De follar y no de hacer el amor. A lo mejor de ambos menesteres, pero sobre todo del primero.
El punto de partida de la película es tan sencillo como repetido a lo largo de la historia del cine. La propuesta se reduce a dos factores: Primero, una mansión desprovista de cualquier figura autoritaria (permiso para pensar en “Risky Business” o “Proyecto X”). Segundo, una manada de golfos que ven dicho escenario como el más perverso, desmadrado y, a lo mejor, divertido patio de recreo. Tanto desde el guion como desde la dirección, Pérez Toledo pone bajo el mismo techo a una quincena de personajes, de todos los sexos y sexualidades posibles, para ver qué pasa. Él los cría y ell@s, efectivamente, se juntan. Todo listo pues para la madre de todas las orgías. Una celebración desacomplejada no apta para acomplejados, y en la que la libido va a subir como la espuma.