Algún día, cuando nos toque cuidar de nuestros nietos y a estos no les quede otra que escuchar nuestras batallitas, vamos a regocijarnos en el gusto supremo que va a suponer el alardear por haber sobrevivido a Dany Boon. Recordemos que el cine comercial funciona al ritmo cíclico de las modas. Recordemos que este cómico francés no es más que esto, y que algún día de estos, cuando menos lo esperemos, va a desaparecer de nuestras vidas tan rápido como entró.

Mientras, toca contener la respiración y pedirle al cuerpo que aguante un poco más. “Una policía en apuros” es la enésima embestida de Monsieur Boon, quien para la ocasión decide atacar la nula meritocracia en la clase política de su país... a través de una arriesgadísima carambola sustentada en una serie interminable de rebotes misóginos, producidos estos en el contexto de una “loca academia de policía” a la francesa. De nuevo, lo políticamente incorrecto corre el riesgo de confundirse con lo desafortunado, pero esto, por lo visto, poco importa a su autor, demasiado ocupado en que su carisma (?) se erija en juez único de esta nueva guerra de sexos.